viernes, 14 de mayo de 2010

Comentario sobre un monólogo de Hamlet


El texto que nos ocupa se trata de uno de los fragmentos más significativos de "Hamlet", obra escrita por Shakespeare. Concretando más, es un monólogo del protagonista, Hamlet, donde reflexiona sobre un aspecto de gran calado no sólo en la obra, sino también en la literatura universal: "to be or not to be".
Como hemos apuntado ya, esta obra fue escrita por Shakespeare, de quien, centrándonos en aspectos biográficos, podemos destacar algunos datos. Nació en Stratford-on-Navon en 1564 y moriría, a los cincuenta y dos años, en la misma localidad. Fromaría parte de varias compañías de teatro, pero acabaría creando la suya propia, para dedicarse al drama histórico y a la comedia. Sin embargo, con el cambio de siglo Shakespeare abandonaría la comedia para dedicarse a la composición de sus grandes tragedias, de entre las cuales destacan "Otelo", "Macbet", "Romeo y Julieta" (esta, en realidad, fue escrita en una época anterior), y la obra que nos ocupa, "Hamlet". De su teatro también cabe señalar que éste se incluye en el denominado "teatro isabelino" (siglos XVI-XVII). Además, a pesar de que su faceta como poeta también es indudablemente destacable, Shakespeare se ha ganado un lugar importante en las letras inglesas y en las universales gracias a su teatro.
Centrándonos ya en la obra propuesta, "Hamlet" fue escrita por Shakespeare en 1601 y sería representada por primera vez un año después, en 1602. Está inspirada en las tragedias de venganza. Sin embargo, Shakespeare plasmó en ella una mayor riqueza, por la mezcla entre gloria y sordiez.
En cuanto al argumento, gira en torno a la figura de Hamlet y los sucesos que acontecen a su alrededor tras la muerte de su padre, el rey de Dinamarca. Así, la obra presenta también las vidas de Laertes, Ofelia y Fortinbrás, príncipe de Noruega, principal enemigo de Dinamarca.
Por otro lado, en lo referente a la estructura, esta obra consta de cinco actos. El fragmento propuesto para comentario se localiza en el tercero. Tiene lugar en el palacio del rey. Tras la reflexión del rey y de Polonio sobre la posibilidad de que la locura de Hamlet esté relacionada con su amor por Ofelia, el joven príncipe entra en escena y protagoniza este famoso monólogo. Los monólogos en la obra son de especial importancia, por su belleza y su contribución a la fama de "Hamlet" en la literatura y, sin lugar a dudas, el monólogo que nos ocupa es el más conocido de todos. En él, Hamlet, con esa actitud tan dada a la reflexión que le caracteriza, lleva a cabo una cosideración sobre la vida y la muerte.
En cuanto a la estructura del fragmento, podemos dividir el mismo en tres partes. En primer lugar, las dos primeras estrofas ocupan la primera parte. Aquí, Hamlet plantea su duda existencial. Mediante la interrogación, expone el dilema entre el ser y el no ser y, angustiado por el peso de la vida, reflexiona sobre lo sencillo de acabar con las desdichas entregándose a la muerte. Sin embargo, acaba este primer apartado reconociendo que es el desconocimiento sobre lo que hay tras la vida lo que lleva a uno a ser paciente y soportar lo que le toca vivir. Es así como da paso a la segunda parte. En ella, Hamlet formula la conclusión de todas las reflexiones anteriores. Afirma que, a pesar de que acabar con la desgracia quitándose la vida puede ser "una empresa de importancia", es el tomar conciencia de lo que se va a hacer y el mismo desconocimiento de la muerte lo que lleva al individuo a detenerse. Por último, los dos versos finales señalan la entrada de Ofelia. Esta última parte nos prepara para el acontecimiento que va a tener lugar inmediatamente después: el diálogo entre Hamlet y Ofelia.
Respecto al estilo, sin duda, el lenguaje empleado en Hamlet en general y en este fragmento en particular es sublime y elegante, lo que nos permite cerciorarnos del total dominio de la lengua del autor y lo que convierte a la obra en un monumento literario de gran valor. También cabe señalar la recurrente presencia de reflexiones y de planteamientos filosóficos, hecho que embellece la obra, pero que la dota de cierto grado de dificultad. En cuanto a los recursos, es necesario hacer mención de las interrogaciones retóricas y las exclamaciones, que impregnan a este fragmento de incertidumbre y desasosiego. También destacan algunas metáforas ("el sueño de la muerte", "océano del mal"), un apóstrofe ("la germosa ofelia ¡Ninfa!..."), enumeraciones ("la injusticia del tirano, la afrenta del soberbio, la angustia del amor..."), alguna anáfora y una antítesis ("el natural color de la resolución se desvanece en tenues sombras del pensamiento").
Para concluir, es necesario señalar la influencia de "Hamlet" y de Shakespeare en general en la literatura inglesa y, por supuesto, tambíen en la literatura universal. Si bien en su época Shakespeare era considerado un "genio difícil" y obtuvo el reconocimiento únicamente de algunos autores de su entorno, actualmente (desde el siglo XIX, en realidad), el genio posee fama a nivel mundial. Además, sus obras continuan representándose y son fuente de inspiración para numerosos experimentos teatrales. La perfecta caracterización de sus personajes y su profundo conocimiento de la naturaleza humana han permitido a Shakespeare plasmar en sus obras los defectos y virtudes de todos los hombres (maldad, ambición, libertad...). Sin duda alguna, la habilidad del autor inglés en el uso del lenguaje poético y de los recursos dramáticos no tiene par dentro de la literatura universal. Hoy en día podemos hallar huellas de Shakespeare en numerosos escritores como, por ejemplo, George Bernard Shaw.
Sin duda, Ben Jonson, contemporáneo de Shakespeare, no se equivocó al afirmar que "Shakespeare no era de una época, sino de todas las épocas".
Estefanía Mestre

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