domingo, 22 de diciembre de 2013

Divina Commedia. Recopilación pictórica.

Ecce una bonita recopilación de imágenes de la Divina Comedia.
 No son todas del mismo artista, pero tienen en común que son muy tétricas, así en blanco y negro y con expresiones faciales de horror.
Representan la mayoría de ellas los diferentes castigos de las almas en el infierno, aunque también hay otras que presentan el purgatorio y el paraíso.
Muy emotivas.



























Canto V Divina Commedia

Dejo en este post el vídeo en el que Roberto Benigni recita el canto V de La Divina Commedia junto a los versos del mismo en la lengua original (para los más atrevidos).
CANTO V
Cosi` discesi del cerchio primaio
giu` nel secondo, che men loco cinghia,
e tanto piu` dolor, che punge a guaio.
Stavvi Minos orribilmente, e ringhia:
essamina le colpe ne l'intrata;
giudica e manda secondo ch'avvinghia.
Dico che quando l'anima mal nata
li vien dinanzi, tutta si confessa;
e quel conoscitor de le peccata
vede qual loco d'inferno e` da essa;
cignesi con la coda tante volte
quantunque gradi vuol che giu` sia messa.
Sempre dinanzi a lui ne stanno molte;
vanno a vicenda ciascuna al giudizio;
dicono e odono, e poi son giu` volte.
<<O tu che vieni al doloroso ospizio>>,
disse Minos a me quando mi vide,
lasciando l'atto di cotanto offizio,
<<guarda com'entri e di cui tu ti fide;
non t'inganni l'ampiezza de l'intrare!>>.
E 'l duca mio a lui: <<Perche' pur gride?
Non impedir lo suo fatale andare:
vuolsi cosi` cola` dove si puote
cio` che si vuole, e piu` non dimandare>>.
Or incomincian le dolenti note
a farmisi sentire; or son venuto
la` dove molto pianto mi percuote.
Io venni in loco d'ogne luce muto,
che mugghia come fa mar per tempesta,
se da contrari venti e` combattuto.
La bufera infernal, che mai non resta,
mena li spirti con la sua rapina;
voltando e percotendo li molesta.
Quando giungon davanti a la ruina,
quivi le strida, il compianto, il lamento;
bestemmian quivi la virtu` divina.
Intesi ch'a cosi` fatto tormento
enno dannati i peccator carnali,
che la ragion sommettono al talento.
E come li stornei ne portan l'ali
nel freddo tempo, a schiera larga e piena,
cosi` quel fiato li spiriti mali
di qua, di la`, di giu`, di su` li mena;
nulla speranza li conforta mai,
non che di posa, ma di minor pena.
E come i gru van cantando lor lai,
faccendo in aere di se' lunga riga,
cosi` vid'io venir, traendo guai,
ombre portate da la detta briga;
per ch'i' dissi: <<Maestro, chi son quelle
genti che l'aura nera si` gastiga?>>.
<<La prima di color di cui novelle
tu vuo' saper>>, mi disse quelli allotta,
<<fu imperadrice di molte favelle.
A vizio di lussuria fu si` rotta,
che libito fe' licito in sua legge,
per torre il biasmo in che era condotta.
Ell'e` Semiramis, di cui si legge
che succedette a Nino e fu sua sposa:
tenne la terra che 'l Soldan corregge.
L'altra e` colei che s'ancise amorosa,
e ruppe fede al cener di Sicheo;
poi e` Cleopatras lussuriosa.
Elena vedi, per cui tanto reo
tempo si volse, e vedi 'l grande Achille,
che con amore al fine combatteo.
Vedi Paris, Tristano>>; e piu` di mille
ombre mostrommi e nominommi a dito,
ch'amor di nostra vita dipartille.
Poscia ch'io ebbi il mio dottore udito
nomar le donne antiche e ' cavalieri,
pieta` mi giunse, e fui quasi smarrito.
I' cominciai: <<Poeta, volontieri
parlerei a quei due che 'nsieme vanno,
e paion si` al vento esser leggeri>>.
Ed elli a me: <<Vedrai quando saranno
piu` presso a noi; e tu allor li priega
per quello amor che i mena, ed ei verranno>>.
Si` tosto come il vento a noi li piega,
mossi la voce: <<O anime affannate,
venite a noi parlar, s'altri nol niega!>>.
Quali colombe dal disio chiamate
con l'ali alzate e ferme al dolce nido
vegnon per l'aere dal voler portate;
cotali uscir de la schiera ov'e` Dido,
a noi venendo per l'aere maligno,
si` forte fu l'affettuoso grido.
<<O animal grazioso e benigno
che visitando vai per l'aere perso
noi che tignemmo il mondo di sanguigno,
se fosse amico il re de l'universo,
noi pregheremmo lui de la tua pace,
poi c'hai pieta` del nostro mal perverso.
Di quel che udire e che parlar vi piace,
noi udiremo e parleremo a voi,
mentre che 'l vento, come fa, ci tace.
Siede la terra dove nata fui
su la marina dove 'l Po discende
per aver pace co' seguaci sui.
Amor, ch'al cor gentil ratto s'apprende
prese costui de la bella persona
che mi fu tolta; e 'l modo ancor m'offende.
Amor, ch'a nullo amato amar perdona,
mi prese del costui piacer si` forte,
che, come vedi, ancor non m'abbandona.
Amor condusse noi ad una morte:
Caina attende chi a vita ci spense>>.
Queste parole da lor ci fuor porte.
Quand'io intesi quell'anime offense,
china' il viso e tanto il tenni basso,
fin che 'l poeta mi disse: <<Che pense?>>.
Quando rispuosi, cominciai: <<Oh lasso,
quanti dolci pensier, quanto disio
meno` costoro al doloroso passo!>>.
Poi mi rivolsi a loro e parla' io,
e cominciai: <<Francesca, i tuoi martiri
a lagrimar mi fanno tristo e pio.
Ma dimmi: al tempo d'i dolci sospiri,
a che e come concedette Amore
che conosceste i dubbiosi disiri?>>.
E quella a me: <<Nessun maggior dolore
che ricordarsi del tempo felice
ne la miseria; e cio` sa 'l tuo dottore.
Ma s'a conoscer la prima radice
del nostro amor tu hai cotanto affetto,
diro` come colui che piange e dice.
Noi leggiavamo un giorno per diletto
di Lancialotto come amor lo strinse;
soli eravamo e sanza alcun sospetto.
Per piu` fiate li occhi ci sospinse
quella lettura, e scolorocci il viso;
ma solo un punto fu quel che ci vinse.
Quando leggemmo il disiato riso
esser basciato da cotanto amante,
questi, che mai da me non fia diviso,
la bocca mi bascio` tutto tremante.
Galeotto fu 'l libro e chi lo scrisse:
quel giorno piu` non vi leggemmo avante>>.
Mentre che l'uno spirto questo disse,
l'altro piangea; si` che di pietade
io venni men cosi` com'io morisse.

E caddi come corpo morto cade.




http://www.youtube.com/watch?v=FfvQS0B5lYo


lunes, 16 de diciembre de 2013

MI DIVINA COMEDIA

MI DIVINA COMEDIA


Cogiendo como referencia la obra de Dante “La Divina Comedia”, voy a hacer mi adaptación a  la entrada del Infierno.
Yo, en lugar de bajar al Infierno con el autor latino Virgilio como hizo Dante, bajo con el autor español y prestigiado Cervantes.

Adentrada en el pecado de derrochar, Cervantes quiso hacerme entender que no estaba yendo por el camino adecuado. Me ayudó a entrar en razón para seguir el camino recto. Para esto no había mejor forma que ver el castigo que sufren los demás por el mismo pecado cometido y otros mucho más graves.
Asustada como jamás lo había estado, entré en el lugar donde todo es oscuro y temible.
Quería prestar atención a cualquier detalle que se pasase por delante. Lo primero que me llamó la atención fue la puerta. Era de color marrón oscuro, con grietas, señales de uñas arrastradas de arriba hasta el final de esta, con el pomo morado oscuro y oxidado. Lo que más destacaba era la inscripción en medio de la puerta: “Por pecar en vida, no queda más esperanza que la dura eternidad”. Una oración que no me dejó otra expresión más que la cara paralizada como si hubiese visto un conjunto de quinientos fantasmas. Ingenua de mí. Lo que había ahí dentro era mucho peor que esa barbaridad de fantasmas.
En la puerta de este terrorífico lugar se encontraba Fluffy, un hombre demacrado, de pelo rojizo y ondulado, con barba tan larga como es el invierno y lo más espeluznante, con lágrimas negras cayendo sin cesar de sus ojos violeta.  Parecía mentira, pero no era lo más terrorífico que iba a presenciar en aquel lugar. Se puso furioso al ver que era un alma viva y me enseñó sus colmillos vampíricos. Cervantes, con su ingenio de la palabra, consiguió calmarlo y dejarme pasar.
Pensaba que el río que había en esta parte, de color negro y peces plateados con ojos granates, era inofensivo, pero estaba equivocada. Los peces parecían pirañas. Para poder cruzar al otro extremo, mi guía me ofreció una especie de zapatos de acero con motor y con ellos podría llegar a mi destino sin ser atacada por los peces. Él y yo, cogidos de la mano, conseguimos atravesarlo sin ninguna especie de problemas sobrenaturales.
 Entonces, habíamos llegado al primer círculo. El círculo de los malos consejeros. Yo pensaba que esas personas no merecían aquel castigo que les había tocado sufrir, pero así era según el señor todo poderoso.
Eran arrastrados y ahogados sin cesar en el lago Nimbus. Era un lago repugnante, lleno de barro. Gusanos y cucarachas que recorrían sin pausa el cuerpo de estos pobres pecadores. Se veían caras de horror y sufrimiento, también de arrepentimiento. Se notaba el dolor en el ambiente. Pero ya nada podía cambiar, habían pecado y ese era su sitio en el viaje eterno.
Conseguí poder mirar toda aquella escena, pero en círculos más hondos tuve que esconderme detrás del espíritu del poeta español que me acompañaba en este viaje y cerrar los ojos. También tengo que decir que yo no me desmayaba, yo devolvía todo lo que en mi estómago se hallaba.
Sin poder pararnos a observar con detención, tuvimos que seguir caminando. Para descender al próximo círculo, el de los adivinos, había una especie de tobogán por el que teníamos que pasar. Este daba muchas vueltas, tantas que acabé mareada. Poco antes de llegar ya se podían oír los llantos, gritos y el dolor de aquellos espíritus castigados con falsas esperanzas de acabar con ese infierno. Su castigo eran voces continuas que animaban a salir de ahí, cosa que resultaba completamente imposible porque estaban ahí de forma perpetua.
Conforme bajábamos y cambiábamos de círculo, los espíritus encerrados habían cometido pecados más fuertes. Por lo tanto, sus castigos eran cada vez peores.

Hasta tal punto de daño psicológico, que es tanto más fuerte como el físico. Reconocí a mucha gente que estaba por aquel mundo de dolor sufriendo algunos de los dieciséis castigos diferentes que sufrían en los dieciséis círculos del Infierno.

miércoles, 4 de diciembre de 2013

El Decamerón. Sexta jornada. Giotto.



¿Veis que ilustraciones tan bonitas? ¿No os ayudan a imaginar la época?´
Os propongo la lectura de otro cuento del Decamerón. En él aparece como personaje el pintor Giotto, por el que Boccaccio sentía gran admiración.


SEXTA JORNADA
COMIENZA LA SEXTA JORNADA DEL DECAMERÓN, EN LA CUAL, BAJO EL GOBIERNO DE ELISA, SE DISCURRE SOBRE QUIEN CON ALGUNAS PALABRAS INGENIOSAS SE RESARCE DE ALGÚN ATAQUE, O CON UNA RÁPIDA RESPUESTA U OCURRENCIA ESCAPA A LA PERDICIÓN O AL PELIGRO O AL DESHONOR


NOVELA QUINTA

Micer Forese de Rábatta y el maestro Giotto, pintor, viniendo de Mugello, mutuamente se burlan de su mezquina apariencia .

Al callarse Neifile, habiendo gustado mucho a las señoras la respuesta de Ghichibio, así habló Pánfilo por voluntad de la reina:

Carísimas señoras, sucede con frecuencia que, así como la fortuna bajo viles oficios algunas veces oculta grandes tesoros de virtud, como hace poco fue mostrado por Pampínea, también bajo feísimas formas humanas se encuentran maravillosos talentos escondidos por la naturaleza. La cual cosa muy aparente fue en dos de nuestros conciudadanos sobre los que entiendo hablar brevemente: porque el uno, que micer Forese de Rábatta se llamaba, siendo bajo de estatura y deforme, con una cara tan aplastada y retorcida que hubiera parecido deforme a cualquiera de los Baronci que más deformada la tuvo , tuvo tanto talento para las leyes que por muchos hombres de valor fue reputado almacén de conocimientos civiles; y el otro, cuyo nombre fue Giotto, fue de ingenio tan excelente que ninguna cosa de la naturaleza (madre de todas las cosas y alimentadora de ellas con el continuo girar de los cielos) con el estilo, la pluma o el pincel había que no pintase tan semejante a ella que no ya semejante sino más bien ella misma pareciese, en cuanto muchas veces en las cosas hechas por él se encuentra que el vivísimo juicio de los hombres se equivoca creyendo ser verdadero lo que es pintado . Y por ello, habiendo él hecho tornar a la luz aquel arte que muchos siglos bajo los errores ajenos (que más para deleitar los ojos de los ignorantes que para complacer al intelecto de los sabios pintan) había estado sepultada, merecidamente puede decirse que es una de las luces de la florentina gloria; y tanto más cuanto que, con la mayor humildad, viviendo siempre en ella como maestro de las artes, la conquistó rehusando siempre ser llamado maestro; el cual título, por él rechazado, tanto más resplandecía en él cuanto más era usurpado con avidez mayor por quienes menos sabían que él o por sus discípulos. Pero por muy grande que fuese su arte, no era él en la persona y el aspecto en nada más hermoso de lo que era micer Forese. Pero volviendo a la historia digo que:

Tenían en Mugello micer Forese y Giotto sus posesiones; y habiendo ido micer Forese a ver las suyas en este tiempo del verano en que los tribunales tienen vacaciones, y volviendo por acaso sobre un mal rocín de alquiler, encontró al ya dicho Giotto, el cual semejantemente, habiendo visto las suyas, se volvía a Florencia; el cual ni en el caballo ni en los arreos estando en nada mejor que él, como viejos que eran, avanzando poco a poco, se juntaron. Sucedió, como muchas veces en el verano vemos suceder, que les alcanzó una súbita lluvia, de la que lo más pronto que pudieron se refugiaron en casa de un labrador amigo y conocido de los dos. Pero luego de un rato, no llevando el agua aspecto de parar y queriendo ellos llegar en el día a Florencia, pidiendo prestadas al labrador dos viejas capas de paño romañés y dos sombreros todos roídos por el tiempo, porque mejores no había, comenzaron a caminar. Ahora, habiendo andado algo, y viéndose todos mojados y, por las salpicaduras que los rocines hacen en gran cantidad con las patas, llenos de barro, cosas que no suelen añadir ningún honor, aclarando un tanto el tiempo, ellos, que largamente habían venido callados, empezaron a conversar. Y micer Forese, cabalgando y escuchando a Giotto, que era excelentísimo conversador, comenzó a considerarlo de lado y de frente y por todas partes; y viéndolo todo tan deslustrado y tan mezquino, sin considerarse a sí mismo, comenzó a reírse y dijo:

-Giotto, ¿cuándo, si viniese a nuestro encuentro algún forastero que nunca te hubiera visto, crees tú que pensaría que eras el mejor pintor del mundo, como eres?

Giotto le respondió prestamente:


-Señor, creo que lo creería cuando mirándoos a vos creyese que sabíais el abecé. Lo que, oyendo micer Forese, su error reconoció y se vio pagado en la misma moneda con que había vendido las mercancías.

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Y para completar: "Media dosis de cultura" y algunos de sus cuadros:

 Giotto di Bondone, mejor conocido solo por su nombre de pila fue un notable pintorescultor y arquitecto italiano del Trecento
Se lo considera el primer artista de los muchos que contribuyeron a la creación del Renacimiento italiano y uno de los primeros en romper las limitaciones del arte y los conceptos medievales. Se dedicó fundamentalmente a pintar temas religiosos, siendo capaz de dotarlos de una apariencia terrenal, llena de sangre y fuerza vital. 
Su importancia en la historia del arte es tremenda. No solo por sus innovaciones en el ámbito de la pintura, sino porque consiguió alcanzar un estatus de reconocimiento social excepcional para un artesano.