martes, 1 de marzo de 2016

Romanticismo europeo

Tema IV  El Romanticismo
Introducción: A grandes rasgos, podemos dividir el siglo XIX en dos mitades: en la primera tienen lugar las revoluciones liberales, es decir, el ascenso al poder político de la burguesía; en la segunda, la mayoría de las revoluciones liberales han concluido victoriosamente y la economía capitalista se ha establecido definitivamente. Este conflicto político-social se refleja en la literatura. El Romanticismo, con su mentalidad exaltada, corresponde al periodo revolucionario y contrapone la realidad con el ideal. El realismo, de espíritu más sosegado y pragmático, trata de expresar la sociedad tal como es, sin idealizarla, y se corresponde con el segundo periodo.
El Romanticismo es un movimiento cultural y literario que tuvo lugar en la primera mitad del siglo XIX, tanto en Europa como en América. Dicho movimiento supone una reacción total a la razón impuesta por el Neoclasicismo, dando prioridad a los sentimientos, a las emociones, a la fantasía y al ideal. Tuvo su origen en el movimiento prerromántico Sturm und Drang (Tempestad y pasión), desarrollado en Alemania entre 1750 y 1770, en el que destacan Goethe y Schiller, que inician la superación de la estética neoclásica y en Inglaterra; luego alcanza los países nórdicos, y Francia, arribando  por último a España, Italia y Rusia. En todo caso hacia 1850 el movimiento ha llegado a su fin en el continente dando paso a la literatura realista.
Desde el punto de vista político, la época romántica se inicia con la restauración de las monarquías absolutas que derrotan a Napoleón en 1815 y acuerdan prestarse auxilio frente a posibles revoluciones liberales. (La cultura romántica, vinculada al liberalismo, conecta con los movimientos políticos de su tiempo; en cambio, su exaltación del idealismo y su rechazo de la mentalidad capitalista la distancian de las grandes transformaciones de la época)
Podemos sintetizar los rasgos generales de este movimiento en los siguientes:
  • Individualismo: el arte y la literatura se convierten en expresión del yo, de los sentimientos. El hombre romántico se caracteriza por presentar una fuerte personalidad y sentirse el centro del universo.
  • Irracionalismo: frente al racionalismo ilustrado, el Romanticismo valora todo lo no racional, como emociones, sueños, fantasías...
  • Defensa de la libertad: en la política, la moral y el arte; el hombre romántico lucha contra el absolutismo, rechaza las normas vigentes y las convenciones morales.
·         Idealismo: los románticos buscarán ideales inalcanzables en todos los aspectos, especialmente en lo relacionado con la patria, la justicia o el amor, lo cual les conducirá inevitablemente al choque con la realidad y al desengaño. Este desengaño por no poder alcanzar dichos ideales en la realidad en la que viven, les lleva a la evasión, e incluso al suicidio.
  • Nacionalismo: frente al espíritu universalista del neoclasicismo, los románticos valoran los rasgos diferenciales de su país, recuperan su historia, sus costumbres y su cultura.
  • Exotismo: el rechazo de la sociedad moderna lleva al romántico a evadirse, a ambientar sus obras en épocas lejanas (Edad Media) o en lugares todavía no dominados por la civilización europea (Oriente, América).
  • Espíritu rebelde y juvenil, frente a la madurez racionalista y moderada del neoclasicismo.
Pese a estos caracteres generales, sería equivocado difundir la idea del Romanticismo como un movimiento unívoco. La pluralidad de visiones que se  practican lleva a la consideración de período como un prisma que proyecta múltiples reflexiones luminosas de una misma realidad. Mientras en unos casos los románticos son apasionados, rebeldes, ilusionados con la transformación social, en otros se muestran solitarios, introvertidos, melancólicos, débiles ... Sus principios morales son vacilantes, oscilan entre la pasión, el sometimiento a fuerzas sobrenaturales. Unas veces les agradará lo bello y otras perseguirán tan solo la aceptación y el asentimiento del lector, tras haber conseguido expresar más verdad que belleza. No todo es el arte por el arte. Es asimismo, la época de las multiplicaciones: proliferan los diarios y revistas que difunden la literatura, los escritores proceden ahora de las más diversas clases sociales. Las ideas nacionales impulsan las literaturas propias de cada nación: la peculiaridad del terruño se ve reflejada en la literatura que ahora florece en decenas de lenguas por toda Europa. Las lenguas minoritarias por su número de hablantes y por su prestigio social, conocen ahora un nuevo impulso en este renacer literario.

En la literatura romántica se refleja la forma de ser del hombre romántico y se manifiesta a través de las siguientes características:
·         Aparición de los protagonistas que se encuentran al margen de la ley o que no aceptan las normas de la sociedad: el mendigo, el pirata, el verdugo, el cosaco, el reo, etc.
·         La mezcla, en poesía, de distintas formas métricas e, incluso, del verso y de la prosa.
·         La ruptura, en teatro, de las reglas de las tres unidades (tiempo, lugar y acción), recuperadas por los neoclásicos, la mezcla de lo trágico y lo cómico, la desaparición de la verosimilitud y el carácter moralizante, el final trágico, la aparición de elementos extraños, etc.
·         El gusto por el ambiente nocturno, tenebroso, la aparición de una naturaleza violenta y desatada, relacionada con el sentimiento exaltado del romántico.
·         La fuerte personalidad de los personajes.
·         La ambientación de las obras en lugares exóticos o lejanos en el tiempo, derivada del gusto por la evasión.
·         El poco aprecio a la vida, que se observa en la aparición de la muerte e, incluso, el suicidio.
·         La aparición de elementos fantásticos, muchas veces relacionadas con el sueño y el subconsciente.

Los autores más representativos son:
LITERATURA ALEMANA.   La figura más importante de la literatura alemana es precisamente Goethe, iniciador del romanticismo literario en Europa con su obra Werther. Fue un portentoso creador y nos ha dejado obras sobre las más diversas ramas del conocimiento humano (artes, ciencias, literatura, etc.) Cultivó todos los géneros literarios. Destacamos, además de la mencionada su obra de teatro Fausto.
Junto a éste y al ya también mencionado Schiller,  destacan los poetas NovalisHimnos a la noche ), Hölderlin y Heine (este último fue traducido e imitado en España hacia mitad del siglo XIX, provocando una auténtica moda germanicista; su influencia se deja ver especialmente en la corriente intimista, cuyo más ilustre cultivador fue Bécquer). Otro de los pilares del Romanticismo alemán fue el filósofo, lingüista, filólogo y poeta Friedrich von Schlegell que, junto con Fichte y Schelling, fue uno de los principales teóricos de este movimiento.

LITERATURA INGLESA. La literatura inglesa poseía una gran tradición de libertad en el arte  y por ello creó sus obras sin someterse a trabas ni a limitaciones preceptivas .El precursor es William Blake. La primera generación romántica de poetas está conformada por Samuel Taylor Coleridge y William Wordsworth (dos de los llamados poetas lakistas). La vertiente más rebelde es la que forma el grupo (eran amigos) de P. B. Shelley, Mary W. Shelley (su mujer, autora de la conocida novela Frankenstein ), John Keats y Lord Byron.
 La novela histórica fue desarrollada por Walter Scott (Ivanhoe)
También destaca la novelista Jane Austen, con sus obras de exploración del mundo de la mujer: Orgullo y prejuicio, Sentido y Sensibilidad; y ya  en la mitad de siglo desarrollan su actividad las hermanas Brönte: Charlotte ( Jane Eyre) y Emily ( Cumbres borrascosas).

LITERATURA NORTEAMERICANA.  El autor más conocido es Edgar Allan PoeNarraciones extraordinarias , "El Cuervo"...). También Washington Irving (Cuentos de la Alhambra  )  

LITERATURA ITALIANA. Destacan fundamentalmente Giacomo LeopardiCantos )  ) y Manzoni.

LITERATURA FRANCESA.  El padre del Romanticismo francés es  Chateaubriand ( Atala, René, Memorias de Ultratumba  ). En poesía destacan Lamartine, Alfred de Vigny, y Musset. La gran figura de la literatura (romántica y de transición al realismo) es Víctor Hugo (con las novelas Los Miserables o Nuestra Señora de París)
Théophile Gautier está a mitad de camino entre el Romanticismo y el Parnasianismo. Su estilo de vida bohemio, sus escritos (y experimentaciones) con las drogas y su amistad con Baudelaire lo relacionan con la estética modernista de finales de siglo. Además de sus poemas, destacan sus cuentos fantásticos o sobre el tema de las drogas ( La pipa de opio  ) y su novela fantástica La novela de la momia .
Entre el Romanticismo y el Realismo se sitúa  Alexandre Dumas  ( Los tres Mosqueteros, El Conde de Montecristo  )  

LITERATURA ESPAÑOLA: en poesía destaca José de Espronceda ( El estudiante de Salamanca ) , que representa la vertiente más rebelde y exaltada del romanticismo español ; en prosa, Larra (Artículos ); en teatro, el Duque de Rivas (Don Álvaro o la fuerza del sino ) y José Zorrilla(Don Juan Tenorio)
La poesía de cariz intimista post-romántica está representada por Bécquer ( Rimas  ) y Rosalía de Castro (En las orillas del Sar )
El Cuento fantástico tiene su más conseguida materialización en las Leyendas de Bécquer; la mejor novela histórica es El señor de Bembibre  de Enrique Gil Carrasco.

Apuntes complementarios:
1. El Romanticismo como ruptura con la tradición anterior
El Romanticismo supone una ruptura decidida con la forma de hacer literatura que se había practicado en Occidente durante siglos. Hasta este momento del siglo XVIII, los cauces de cómo modelar la literatura estaban claramente delimitados no solo por los tratadistas de la Antigüedad, sino también por la interminable labor de escritores, a lo  largo de cientos de años. Los clásicos griegos y latinos habían ejercitado con tal maestría la expresión de la palabra en sus más diversos extremos, que resultaba prácticamente imposible encontrar un resquicio que no hubiesen hollado, ya fuese en el interior del alma humana, ya más allá de los límites de la bóveda celeste. Los moldes formales para la literatura estaban configurados y sobre ellos surgieron las hordas de imitadores, cuyas obras adaptaban a sus tiempos los temas y figuras eternos revelados por Homero, Horacio o Virgilio. Cada siglo establecía su propios “clasicos”, de Roma a la Edad Media, luego el Renacimiento, el Barroco y el Clasicismo. Sin embargo, el principio de imitación no implica repetición. La innovación aparece en cada época literaria y no solo impulsada por los autores de más renombre como Dante, Chrétien de Troyes, Shakespeare, Lope o Ramón Llull, sino que se gesta en el artesanal escribir de otros cientos que, marginados del canon, hacía rebrotar nuevas vías cuando las antiguas se consideraban enjutas por el uso. De tal aherrojamiento se liberan los escritores románticos. Primeramente se busca la libertad expresiva a través de la liberación formal y temática. Deben hallarse nuevos cauces de expresión literaria, especialmente poética. En el inicio del movimiento, los escritores no abandonan completamente las formas convencionales, pero sí buscan una modificación que se adapte mejor a sus necesidades interiores. Ciertos modos de decir no caben dentro de las estrofas conocidas, ni sus rimas pueden ya proporcionar la fuerza que se desea transmitir. Al menos esto es lo que consideran algunos de estos autores. Lo cierto es que en un primer momento, la célebre rebeldía romántica no es tal, y la transición desde la etapa precedente se produce sin grandes convulsiones. Más tarde se consolidará ese espíritu rebelde e innovador, pero respecto a las formas, el Romanticismo no logrará crear modelos perdurables en el tiempo, salvo algunas excepciones. El éxito del movimiento descansa en haber abierto una nueva manera de percibir el fenómeno literario, la relación entre el autor y su obra, y más aún, entre el autor y los lectores.  Podríamos decir que en el Romanticismo se halla el origen de muchos de los fenómenos que conocemos de nuestra actual concepción de la creación literaria, y a él se debe la evolución de la literatura en el siglo XIX, XX e inicios del XXI.

La lírica romántica
La poesía es el género literario que mejor recoge los grandes temas y las inquietudes del movimiento romántico. Junto a los temas generales enunciados arriba, son habituales también  los siguientes:
 - La búsqueda de lo Absoluto, de los ideales más grandes, que con frecuencia termina en su reverso: en una sensación de fracaso y desencanto (el llamado “mal del siglo”) ante la imposibilidad de lograr esos objetivos.
- La rebeldía contra el orden establecido, como consecuencia de la insatisfacción personal ante una realidad que limita las aspiraciones del artista. Los románticos reivindican las figuras marginadas, en las que proyectan la propia insatisfacción vital: Prometeo, Satanás, Caín, Don Juan…
- La atracción por la muerte, lo misterioso, la noche, las ruinas, el mundo onírico de los sueños como posibilidad que permite eludir la realidad estrecha y vulgar.
 - La función del artista: el arte es entendido como una forma de conocimiento , y el credor , un ser favorecido por un don sobrenatural que le permite ver en su interior y comunicar a los demás mortales lo que no pueden contemplarlar.
En la lírica europea se advierten dos líneas poéticas principales: una intimista y contenida, expresada en poemas breves, con predominio de temas nostálgicos e impresiones subjetivas, en autores como Heine, Novalis, Keats, Bécquer…; y otra línea orientada hacia una poesía épica y grandiosa que se expresa en largos poemas narrativos, centrados en temas como la rebeldía, los amores destructivos, la muerte liberadora, los héroes marginales, los grandes interrogantes del hombre, etc. En esta línea se mueven poetas como Byron, Shelley, Hugo, Espronceda…

A) LA LÍRICA ALEMANA. Ya en el siglo XVIII aparece en Alemania el movimiento Sturm und Drang (“tempestad e ímpetu”) que inicia las primeras manifestaciones del Romanticismo y cuya influencia se extenderá pronto por toda Europa. Este movimiento exalta el poder de la imaginación, de la pasión, de los sentimientos, la libertad creadora y el rechazo a las normas neoclásicas; también defienden la presencia de una escenografía tormentosa, nocturna, macabra, que intenta expresar el interior atormentado del artista. Los hermanos Schlegel fueron los grandes teóricos del movimiento y W. Goethe (sobre todo con su novela Wherter), uno de los principales precursores del Romanticismo.
Los grandes poetas del romanticismo alemán son Hölderlin, Novalis y Heine.
F. Hölderlin escribe, en un primer momento, una serie de odas en verso corto y de gran serenidad emocional. En una segunda etapa escribe largas elegías centradas en tres temas principales: la búsqueda de la bondad y belleza ideales que intenta encontrar en la propia naturaleza o en la idealización de la Grecia clásica (por ej. en su famosa elegía “El Archipiélago”); la propia creación poética, que permite al poeta desvelar los misterios del mundo y del propio Dios; y el dolor de un hombre abandonado por Dios que se enfrenta a la búsqueda de un sentido a su vida en completa soledad. (Hölderlin viviría los últimos 30 años de su vida sumido en una locura pacífica, que le impidió escribir nada). Aunque poco reconocido en su época, su influencia posterior ha sido inmensa.
Novalis es el poeta de los Himnos a la noche, un poemario centrado en un solo tema: la ausencia de la amada y el deseo de reencontrarse con ella. El poeta se siente extraño en un mundo dominado por la soledad y el recuerdo del ser querido; la noche, que se identifica con la muerte, posibilita, de manera misteriosa, el reencuentro con la amada; la muerte de los seres queridos es una mediación hacia la divinidad .
H. Heine, era de origen judío, motivo por el que se sintió desplazado de la sociedad. Escribió dos tipos de poemas: unos inspirados en canciones de corte popular que tuvieron una gran influencia en toda Europa (en España influye en Bécquer); y otros de fuerte contenido satírico contra los supuestos valores de la cultura germánica (Alemania: un cuento de invierno)

B) LA LÍRICA INGLESA En el año 1798 se publican las Baladas líricas, presentadas de forma anónima por Wordsworth y S. T. Coleridge. Esa es la fecha que inaugura el romanticismo en Inglaterra. Los autores presentan en el prólogo sus intenciones de escribir una nueva poesía que rompa con el academicismo ilustrado. Los poemas de Wordswoth se inspiran en situaciones de la vida cotidiana y en el paisaje inglés no contaminado por el industrialismo, y están escritas en un lenguaje sencillo y cercano al de la gente común. Coleridge, en cambio, se propone transportar al lector a un mundo mágico y sobrenatural en el que prima el instinto y la fantasía; sus poemas “La balada del viejo marinero” o “Kubla Khan” son famosos por su escenografía surrealista y grandiosa y por la belleza de un lenguaje lleno de sugerencias y de símbolos.
El romanticismo inglés llega a su culmen con tres poetas a los que une la amistad, una vida errante y desgraciada y una muerte prematura: Lord Byron, P. Shelley y J. Keats.
 Lord Byron simboliza, como ninguno, al artista romántico por excelencia: por su figura excéntrica, sus escándalos amorosos, sus viajes, su exilio y su muerte en Grecia. En su poesía predominan los largos poemas narrativos, como El corsario, Caín, Don Juan, que reivindican la libertad política o moral por encima de todo. Pero en el fondo los poemas de Byron son de carácter autobiográfico: entiende la poesía como una proyección de su personalidad exaltada y anticonvencional.
Percy B. Shelley es otro poeta “satánico” que sigue la línea de rebeldía y defensa de la libertad, en lo social y en lo moral. Vivió sus últimos cinco años en Italia y murió ahogado en extrañas circunstancias. Entre sus poemas destaca el titulado Prometeo encadenado, el titán que se enfrenta a los dioses para defender a la humanidad. Sus grandes Odas (Al viento del Oeste, A una alondra, a Nápoles) expresan la idea romántica del choque entre el mundo soñado y la realidad, que provoca la decepción y el pesimismo del poeta. En su elegía Adonis expresa el dolor por la temprana muerte de Keats, ante la que solo cabe el dolor y el recuerdo, sin ninguna posibilidad de consuelo cristiano.
John Keats es el tercero y el más influyente de los grandes poetas románticos ingleses. De familia humilde, abandona los estudios de medicina para centrarse exclusivamente en la poesía. Su vida está marcada trágicamente por unos amores difíciles con Fanny Browne, por la incomprensión de su poesía y por la enfermedad que le llevó a una muerte prematura en Italia (en su tumba figura el epitafio: “Aquí yace uno cuyo nombre se escribió en el agua”). Su poesía es abundante en imágenes sugerentes y en descripciones sensuales y brillantes, y expresa una continua aspiración al logro de la Belleza. La creación poética es para Keats un medio para alcanzar la Belleza absoluta y el poeta debe “desaparecer” del poema. En 1820 aparece su mejor libro de poesía, Lamia, Isabela, la víspera de santa Inés y otros poemas. En él destacan los sonetos y las Odas que le han dado fama inmortal: Oda a un ruiseñor, Oda a una urna griega, Oda al otoño, Oda a la melancolía.

c) LA POESÍA FRANCESA. Los poetas franceses siguen la línea marcada por alemanes e ingleses. A. Lamartine publica, a imitación de Wordswoth, las Divagaciones poéticas, poemas basados en experiencias cotidianas, donde predomina la melancolía amorosa y la exaltación subjetiva del paisaje (“El lago”); su lenguaje tiende a la sencillez y al exceso de efusión sentimental.
Víctor Hugo es el gran poeta romántico francés y destacó en todos los géneros literarios. En su extensa obra poética aborda numerosos temas: la autobiografía amorosa o elegíaca por la muerte de su hija; las fantasías de ambientación exótica o medievalizante (Las Orientales); la inspirada en temas bíblicos e históricos (La leyenda los siglos); las fantasías oscuras que exploran el misterio y el subconsciente; el compromiso político, etc. El lenguaje de Victor Hugo, aun con grandes aciertos, tiende a ser excesivamente ampuloso y retórico.
Alfred de Vigny, Alfred de Musset, T. Gautier y el atormentado Gerad de Nerval, precursor de la poesía posterior junto con A. Bertrand, cuya obra Gaspard de la nuit, inaugura los poemas en prosa, son otros importantes poetas franceses vinculados al Romanticismo.


 d) EN ITALIA destaca la poesía de Giacomo Leopardi; su vida, marcada por los fracasos amorosos, las dificultades económicas y las enfermedades, condiciona la amargura y la angustia que desprenden sus versos. Sus Cantos expresan el desconsuelo del poeta enfrentado a la realidad. La reivindicación de la Antigüedad, la crítica al cristianismo, los sentimientos de soledad y pesimismo son los temas dominantes de uno de los más grandes poetas de Italia.