Contexto histórico realismo y naturalismo
En lo social, la burguesía, que se consolida como clase dominante, deriva hacia posiciones conservadoras. Su apego a la realidad y su espíritu práctico marcan el ambiente. Frente a la burguesía, las masas obreras luchan por mejorar sus condiciones de vida.
-En lo ideológico, sigue dominando el liberalismo, que se ramifica en liberalismo progresista y moderado. Paralelamente, los obreros acogen doctrinas revolucionarias: socialismo, comunismo, anarquismo (Manifiesto comunista de Marx: 1848).
-El pensamiento y la ciencia ofrecen novedades que repercutirán en la literatura. El Positivismo se opone al idealismo romántico y sólo admite como verdadero lo que se puede observar o experimentar. Con él se relacionan el “método experimental” , así como la Sociología y la Psicología científica.
Una vez situados en el contexto histórico, debemos tener en cuenta las características propias de ambos movimientos
En primer lugar del realismo podemos destacar las siguientes características:
-El autor procura mostrar en las obras una reproducción fiel y exacta de la realidad.
Para ello hace un uso minucioso de la descripción, para mostrar perfiles exactos de los temas, personajes, situaciones e incluso lugares; de este modo lo cotidiano y no lo exótico es el tema central, exponiendo problemas políticos, humanos y sociales.
-Rechaza el sentimentalismo, muestra al hombre objetivamente pues da toques de una realidad cruda. También rehaza lo espiritual, dando como resultados toques individualistas.
-El lenguaje utilizado en las obras es coloquial y crítico, ya que expresa el habla común y corriente.
-Las obras muestran una relación inmediata entre las personas y su entorno económico y social, del cual son exponente; la historia muestra a los personajes como testimonio de una época, una clase social, un oficio, etc.
-El autor analiza, reproduce y denuncia los males que aquejan a su sociedad.
En resumen podemos decir que el realismo pretende reflejar la verdad tal y como es.
· La novela es el género que mejor se adapta a los propósitos del movimiento realista y naturalista.
En segundo lugar el naturalismo
El Naturalismo.
-En cuanto a temas, ambientes y personajes, abundan los asuntos “fuertes”, las bajas pasiones, así como personajes tarados, alcohólicos o psicópatas, seres que obedecen, sin saberlo, a sus tendencias genéticas, si bien sus reacciones difieren accidentalmente según el ambiente en que se han educado.
En la técnica y el estilo se llevan a sus últimas consecuencias los métodos de observación
y documentación del Realismo. Igualmente se hace más precisa la reproducción del habla.
No podemos hablar de realismo y naturalismo sin hacer referencia tanto a la literatura rusa como a la francesa.
Literatura rusa del siglo XIX
Rusia no irrumpe en el mapa de la literatura europea hasta el siglo XIX, pero lo hace con una fuerza inusitada. Las atormentadas obras de sus grandes escritores (Pushkin, Dostoievski, Tolstoi) reflejan la complejidad de una sociedad sometida al despótico y represor gobierno de los zares y marcada por la miseria de sus campesinos, sometidos como siervos a la nobleza.
La narrativa realista
Nikolai Gogol (1809-1852) es el iniciador del realismo ruso en sus primeros relatos (Diario de un loco, El retrato), en los que no falta lo romántico (Taras Bulba), lo grotesco (La nariz) y lo fantástico (El abrigo). Su obra teatral El inspector (1836), en la que denuncia la corrupta burocracia zarista, provocó un escándalo.
Su novela más famosa es Almas muertas (1842), que describe la miseria del campo ruso a través de un estafador que obtiene tierras y subsidios alegando tener siervos que en realidad han muerto.
Iván Goncharov (1812-1891) trazó, con el simpático protagonista de su novela Oblómov (1851), un retrato de la pereza y la pasividad, consideradas defectos prototípicos del espíritu ruso.
Iván Turgeniev (1818-1883), rico y noble, viajó por Europa y trabó amistad con varios escritores franceses. Fue dramaturgo (Un mes en el campo), escribió relatos breves (Un rey Lear de la estepa) y novelas (Nido de hidalgos, 1859; Padres e hijos, 1862) de ambientación rural y temática común: frustración vital, amores fallidos, crítica a la vida rusa en boca de un recién llegado, etc.
Literatura francesa
Narrativa relalista
La segunda mitad del siglo XIX fue uno de los períodos más brillantes para la literatura francesa y, casi con total seguridad, el más brillante para la novela. Proliferaron entonces, en número espectacular, novelas que –muchas de ellas- son hoy consideradas grandes obras maestras de la literatura, aunque en su momento la mayoría pasaron prácticamente desapercibidas.
La eclosión de la novela realista fue consecuencia de una época en la que la burguesía, que había logrado sustituir a la aristocracia, llegó a la cima de su poder, y exportó sus valores a todos los ámbitos de la sociedad. Burgués era el gran público que consumía literatura; burgueses eran, casi siempre, los autores de estas obras. No es de extrañar que burgueses fueran también los valores que en ellas predominaban. No sería un error decir que la novela fue el género propia de la burguesía, ni que a esta clase social se debió su definitiva popularización.
El término realismo fue acuñado, como es sabido, por el pintor Gustave Courbet, cuando fue rechazado en el Salón Oficial y organizó una exposición alternativa llamado “El realismo"
la novela pasó a convertirse en el género cultural esencial, sustituyendo al teatro. Abría infinitas posibilidades, y los escritores se mostraban ilusionados. Sin embargo, y por extraño que parezca, no era éste el motivo por el que el gran público terminara acudiendo masivamente a las novelas. Al contrario, éstas –como hemos dicho- no encontraron en un principio un público demasiado receptivo. Lo que hizo a las masas adoradoras de las novelas fue que muchas de ellas, con gran vista comercial, empezaran a contar historias más o menos dramáticas y desventuradas que, a pesar de todo, terminaban con un final feliz. Muchos escritores se vieron, de hecho, casi obligados a dar a sus obras finales edulcorados que no hubieran deseado, pero que era absolutamente necesaria con la vista puesta en los ingresos.
El auge de la novela vino acompañado de una fuerte expansión de la prensa, que también empezó a atraer la atención de las masas. Los periódicos encontraron un filón, para atraer lectores asiduos, en la publicación de novelas por capítulos. De esa forma, los clientes compraban el periódico un día y otro aunque sólo fuera por enterarse de cómo continuaba su historia preferida.
En cuanto a la temática, el adulterio se convirtió en el motivo central de la novela realista. El matrimonio era, en la mayoría de los casos, fruto de conveniencias sociales, y la única salida de muchas mujeres era soñar con una amante que la sacara de la monotonía. Notables ejemplos de ello son Madame Bovary, en de Flaubert, Anna Karenina, de Tolstói, o La Regenta, de Clarín. En todas ellas encontrará el lector inteligente una marcada crítica a la sociedad de la época.
Narrativa Naturalista
El novelista francés Emile Zola, padre del movimiento naturalista, rompe en el último tercio del s. XIX con las limitaciones de la moral y de la estética, dando entrada en sus novelas a lo feo, lo inmoral y lo repugnante. Por otra parte, su obra literaria va a apoyarse también en la teoría filosófica del determinismo, que acentuará la indefensión del hombre, al negarle la posibilidad de elegir su propio camino.
En último lugar, Zola va a dar entrada en sus novelas, como personajes trágicos, a figuras extraídas de las capas más bajas de la sociedad que, hasta
entonces, habían estado marginadas o utilizadas en fórmulas subliterarias (con excepciones ya conocidas, como la picaresca española).
En la concepción naturalista de Zola, el novelista debe comportarse como si fuera un médico, y aplicar el método experimental de Claude Bertrand como si los personajes de sus novelas fuesen sus pacientes, de manera que el resultado, el desenlace de la novela y de los personajes, debe ser el resultado de la observación del comportamiento de los mismos y de la experimentación con las causas que provocan sus diferentes actuaciones, ya que, según la teoría
determinista, el hombre no puede actuar en libertad, sino que sus actos dependerán de las condiciones sociales que le rodean.
En cualquier caso, aunque el novelista no pueda en algunas ocasiones explicar el por qué de las acciones humanas, sí podrá dejar constancia, basándose en una observación estricta,de los comportamientos de sus personajes-pacientes.
Ángel y Belén
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