jueves, 29 de octubre de 2009

SOBRE LOS PERSONAJES PRINCIPALES:

Sabemos que Edipo es el personaje principal de este drama, pues en torno a él gira la tragedia de la obra. Se caracteriza desde el primer momento por su intento de evitar el destino, motivo por el cual decidió abandonar a los que consideraba sus verdaderos padres, cuando en realidad se trataba de sus padres adoptivos. A pesar de su lucha contra la profecía, ésta acaba cumpliéndose, teniendo lugar el asesinato de Edipo a su padre y el matrimonio con su madre. Pero, realmente, Edipo es en todo momento inconsciente de sus actos, pues él no sabía que aquél hombre al que asesinó en la encrucijada era su padre, ni tampoco que su esposa era su verdadera madre. Así, intenta a lo largo de toda la obra descubrir quién es, ya que en realidad está preso en la ignorancia y desea a toda costa conocer la verdad acerca de su vida.
En un primer momento, encontramos a un Edipo dispuesto a luchar y a ayudar a su pueblo a liberarse de la terrible epidemia de peste, pero, a medida que van sucediendo los acontecimientos, observamos a un Edipo impaciente y deseoso de averiguar la verdad, motivo por el cual entra en disputa con el adivino Tiresias y su cuñado Creonte, acusando a ambos de mentirosos y traidores, especialmente a su cuñado. A partir de este momento, aparece en la obra la figura de Yocasta, quien intenta calmar a Edipo cuando éste le cuenta lo que ocurrió antes de su llegada a Tebas. Asimismo, Yocasta critica a los oráculos, pues parece ser que ya se esperaba la verdad y , por ello, intenta evitarla por todos los medios pidiendo a Edipo que se olvide de todo, que todo son engaños y suposiciones. Esto lo podemos observar en la última parte de la obra, cuando ella ya ha descubierto la verdad, antes incluso que Edipo, y entra en disputa con él: se enfurece por la misma rabia de ver cumplida la profecía y, ya desesperada y consciente de que Edipo no parará hasta conocer el resultado final, se suicida para poner punto final a las atrocidades que había cometido contrayendo matrimonio con su propio hijo. Por último, cuando aparece el pastor para contar lo que ocurrió en el monte Citerón, hecho que desvela la incógnita, encontramos a un Edipo que se lamenta de sí mismo, avergonzado, atemorizado…dispuesto a abandonar la ciudad e incluso a morir, pues ha cometido muchos males y no se considera digno de reinar Tebas. Se lamenta por sus verdaderos padres, a quienes ha arruinado la vida; se lamenta de sus hijas e hijos, que han sufrido los males que su propio padre ha cometido; y maldice una y otra vez, manifestando que para vivir aquello habría sido mucho mejor que le hubieran dado muerte de niño sus padres adoptivos, pues así nadie habría sufrido tales desgracias. De esta manera, se ciega a sí mismo para no ver a un pueblo maldito por su culpa, y pide a Creonte que haga con él lo que crea oportuno, pues no merece ni tan siquiera la vida. Podemos observar aquí la justicia de Edipo, pues, ante todo, y a pesar de que él no ha sido consciente de sus actos, valora más su familia y su pueblo que su propia vida, siendo capaz de renunciar a esta para no causar más daño al resto.

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