Me comentabais el viernes pasado que acababais de estudiar en Historia del Arte a este pintor. Pues, bien, curiosamente, ahora nos aparece como personaje en el Decamerón, donde Boccaccio hace un encendido elogio del mismo.
En la novela quinta de la sexta jornada, en la que Elissa hace de reina, ésta propone que la serie de relatos verse sobre las ocurrencias que salvan a las personas de un aprieto. Una de las historias, la de Pánfilo, se centra en dos personajes que se burlan mutuamente de su poca agraciada figura: uno de ellos es Giotto, el otro un famoso jurisconsulto:Micer Rabatta. Un día viajando ambos juntos se vieron sorprendidos por un chaparrón que acentuó su- según cuenta el narrador- mezquino aspecto. Al ver el jurista a Giotto - con unos harapos empapados que acentuaban su triste figura - le dijo que difícilmente quien le viera podría imaginar que se trataba del mejor pintor del mundo; a lo que Giotto le respondió que sólo podría decirlo el que "al veros a vos adivinara que sabéis el Abc"
Al margen de la anécdota, mirad las palabras que dedica Boccaccio al pintor:
Giotto fue de genio tan excelente que ninguna cosa de la naturaleza (madre de todas las cosas y alimentadora de ellas con el contínuo girar de los cielos) con el estilo, la pluma o el pincel había que no pintase tan semejante a ella que no ya semejante sino más bien ella misma pareciese, en cuanto muchas veces en las cosas hechas por él se encuentra que el vivísimo juicio de los hombres se equivoca creyendo ser verdadero lo que es pintado. Y por ello, habiendo hecho él tornar a la luz aquel arte que muchos siglos bajo los errores ajenos había estado sepultada, merecidamente puede decirse que es una de las luces de la florentina gloria; y tanto más, cuanto que con la mayor humildad, viviendo siempre en ella como maestro de las artes, la conquistó rehusando siempre ser llamado maestro...
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