domingo, 30 de septiembre de 2012

Los poemas homéricos


TEMA 1.        1.1  Los poemas homéricos: argumento y características.

INTRODUCCIÓN
Desde tiempos inmemoriales el ser humano se ha enfrentado a la dificultad de comprender el mundo. En ese intento se han ensayado distintas estrategias desde distintas culturas. Una respuesta común ha sido la introducción de mitos.
El mito es un relato en el que se cuentan sucesos extraordinarios situados en un pasado remoto y que surge por la necesidad de describir y explicar, en lenguaje alegórico, el origen de los elementos naturales y también de la civilización. Los actores de esos sucesos son seres que gozan de poderes inalcanzables para los humanos, es decir, dioses y héroes.

No sería aventurado decir que todas las culturas que han existido en la historia de la humanidad han tenido sus propios mitos y han vivido en íntima relación con ellos. Los relatos mitológicos ayudaban a comprender el mundo y sus misterios, justificaban jerarquías e instituciones, transmitían valores y regulaban la conducta. Además, estos relatos revisten un especial atractivo y están dotados de una alta fuerza emocional.
Es a Homero, con La Ilíada y La Odisea y Hesiodo (poeta del siglo VII a.c, autor de La Teogonía y Los Trabajos y los días) a quien debemos el corpus fundamental de la mitología griega ya que fueros ellos los que dieron forma escrita a la abundante tradición épica anterior.

HOMERO
Ningún poeta ha ejercido tanta influencia sobre las letras occidentales como Homero.  En palabras de Hegel, Homero es «el elemento en el que el mundo griego vive como el hombre vive en el aire». Admirado, imitado y citado por todos los poetas, filósofos y artistas griegos que le siguieron, es el poeta por antonomasia de la literatura clásica, a pesar de lo cual la biografía de Homero aparece rodeada del más profundo misterio, hasta el punto de que su propia existencia histórica ha sido puesta en tela de juicio (recordad lo relativo a “la cuestión homérica”).
Así, como en su figura confluyen realidad y leyenda, señalaremos sólo que la tradición sostenía que  era ciego, que varios lugares reclamaban ser su lugar de nacimiento ( Quíos, Esmirna,  Argos..,), que se cree que vivió en el s.VIII a.C. y que a él se le atribuye la creación de las dos obras más importantes de la épica griega: la Ilíada y la Odisea (ambas forman parte de un ciclo mucho más amplio de composiciones épicas en torno a la guerra de Troya y de Tebas, que no se han conservado íntegras)

La Ilíada
Desde el punto de vista formal, la Ilíada consta de consta de 15.693 versos (divididos por los editores, ya en la antigüedad, en  24 rapsodias o cantos), escritos en versos hexámetros (cada estrofa se compone de seis versos, dáctilos o espondeos). En su mayor parte, al igual que  la Odisea, está escrita en dialecto jónico, que a partir de Homero  se convirtió en la lengua del canto épico por excelencia. 
 La epopeya narra los acontecimientos ocurridos durante 51 días en el décimo y último año de la guerra de Troya. El título de la obra deriva del nombre griego de esta ciudad, Ιlión.
La obra comienza con estos singulares versos : - Canta, ¡oh Musa!, la cólera del pélida Aquiles que causó infinitas penas a los aqueos y precipitó al Hades muchas almas valerosas de héroes. Cumplíase la voluntad de Zeus desde que se separaron disputando el atrida Agamenón y el divino Aquiles.
Según vemos ya en este  comienzo, el tema de la obra es la cólera de Aquiles , y sus núcleos temáticos, el asedio de Troya y la muerte de Héctor.
En síntesis, el argumento de la obra es el siguiente:
Agamenón, en una de sus muchas incursiones de saqueo a los pueblos vecinos, se apodera de Criseida, hija de Crises, sacerdote de Apolo. El dios ofendido hace caer sobre el pueblo griego una plaga mortal, pero los augures consultan a los dioses y disponen que el capitán general devuelva su presa. Quien lo exige con más fuerza es Aquiles. Agamenón acepta, pero en cambio, el rey de los mirmidones deberá entregarle a Briseida, mujer a la que el pélida ama tiernamente. Ante esta injusticia, Aquiles se niega a combatir y se encierra en su tienda.
Tetis, ninfa del mar y madre de Aquiles, pide venganza a Zeus y éste la complace haciendo sucumbir a numerosos príncipes aqueos y decretando la victoria de los troyanos.
La derrota es catastrófica. Inclusive, Agamenón piensa en regresar a Grecia, es entonces cuando Palas incita a Odiseo a exhortar a los griegos a proseguir en el combate. Patroclo, amigo entrañable de Aquiles, reprocha a éste su negativa a participar en la lucha y lo único que consigue es el préstamo de las armas y soldados del semidiós. Al salir Patroclo, los troyanos lo confunden y huyen despavoridos. Se enfrenta con Héctor, príncipe heredero y general en jefe de Ilión, quien tras un breve combate lo mata.
Al enterarse Aquiles de la triste suerte de su amigo y de la pérdida de sus armas, llora amargamente y su madre obtiene de Hefesto nuevas armas y armaduras para su hijo. Vestido con el nuevo equipo, Aquiles corre al campo de batalla causando enorme motandad entre los troyanos. Al fin, se encuentra con Héctor,  quien no tarda en morir bajo la enfurecida acción del rey de los mirmidones.
Príamo, acongojado por la muerte de su hijo preferido, acude a Aquiles a reclamar el cadáver para rendirle los honores debidos a su calidad. Zeus aconseja benevolencia y el vencedor accede para evitar la cólera de los dioses. El anciano rey regresa a la ciudad donde es incinerado el cuerpo con los juegos funerales tradicionales.
Los principales personajes son: Aquiles: Hijo de Tetis y Peleo, el más valiente y fuerte de los Aqueos, alentador de su pueblo;  Agamenón: Hijo de Atreo, rey de Argos y Micenos, hermano de Menelao y capitán general del ejército griego contra Troya. Llamado Atrida. Héctor: El más destacado de los guerreros  troyanos. Con su funeral termina la Iliada. Diómedes: Uno de los guerreros más valientes. En un combate hirió al propio Ares. Paris: Hijo de Príamo y Hécuba. Raptor de Elena. Odiseo: Rey de Itaca, el más astuto de los aqueos, protagonista de La Odisea.

La Odisea
Compuesta después de La Ilíada, el poema continúa la materia troyana al narrarnos la vuelta al hogar de uno de sus héroes: Odiseo (Ulises). La acción de la Odisea transcurre en 40 días de un otoño, en los que también se sintetizan diez años de aventuras. Los temas del retorno y de la venganza confluyen y se complementan, a pesar de las diferencias de ambiente y estilo que presentan los cantos en que se narran.
Está estructurada también en veinticuatro cantos y su hilo argumental se desarrolla en torno a tres núcleos:
·         La primera parte narra la situación en Ítaca tras la marcha de su rey, Odiseo, a Troya en compañía de las tropas aqueas. El palacio ha sido tomado por los pretendientes de Penélope, la esposa de Odiseo, y su hijo Telémaco emprende un viaje en busca de su padre.
·         La segunda parte relata el camino de regreso de Odiseo a su hogar. De forma no cronológica narra todo el recorrido de su viaje desde que salió de Troya.
·         La tercera parte se ocupa de la llegada de Odiseo a Ítaca. Una vez allí, con la ayuda de Telémaco, mata a los pretendientes de su esposa y recupera el trono.
El sentimiento de nostalgia de la patria y la familia, lejanas e inasequibles, y el ingenio vivo y rápido de Odiseo para sortear toda clase de impedimentos hacen que Odiseo un personaje inconfundible por su humanidad, su inteligencia y sus argucias. El relato de sus navegaciones constituye una serie de maravillosas aventuras, como la de los lotófagos, la de los lestrigones, la de Circe y, sobre todo, la del cíclope Polifemo, en la que el héroe vence con su astucia los poderes de los dioses adversos, del salvajismo y la maldad.

En la Odisea los acontecimientos no siguen un orden estrictamente cronológico. Por un lado simultanean acciones que transcurren en los mismo días pero en lugares distantes, como el  regreso de Odiseo y su búsqueda por Telémaco; y por otro el mismo héroe narra sus aventuras ante la corte de Alcínoo, cuando ya están a punto de llegar a su término. Gracias a este recurso los hechos son expuestos en primera persona por el propio Odiseo, lo que acrecienta la vida del relato y su estilo personal y subjetivo. La acción de las navegaciones de Odiseo se inicia pues in media res, procedimiento de estructura del poema que imitará Virgilio y que seguirán multitud de narradores.
Rasgos de las epopeyas homéricas:
  • La concentración argumental de la historia, puesto que los poetas griegos componían sus textos para ser recitados ante un pueblo que ya conocía la leyenda, de modo que se hacía innecesario su relato completo.
  • A nivel estilístico, destacan tres rasgos: El uso de un lenguaje sublime y grandioso que tiene la doble función de marcar el respeto hacia personajes superiores y diferenciarlos de la masa; el uso de expresivas comparaciones y, sobre todo, la presencia del epíteto épico, fórmula lingüística mediante la que se adjetiva a los personajes de mayor relieve en la narración y sirve de apoyo mnemotécnico para el recitador (Aquiles, el de los pies ligeros; Odiseo, el astuto…)
Apuntes complementarios
1.  Argumento de La Odisea
Finalizada la guerra de Troya, los jefes griegos que habían puesto cerco a la ciudad vuelven a sus tierras.  Uno de estos, Ulises, se embarca con sus amigos para volver a la isla de Ítaca. La valentía y la audacia de Ulises vencen todos los obstáculos que se le presentan. El dios Neptuno desata contra sus navíos fuertes tempestades y naufragios.

Una vez está a punto de dejarse vencer por la hechicera Circe; otra, se valió de una estratagema para liberarse del temible gigante Polifemo y para sacar a sus amigos de la cueva del horrible cíclope, tiene que oír el canto engañoso de las sirenas y sortear los feroces escollos de Escilla y Caribdis. 

En la isla Ogigia está el héroe Ulises siete años, retenido por la ninfa Calipso. Ulises logra huir de la isla en una balsa que él mismo se fabrica y, después de naufragar, llega a la isla de los feacios. El rey Alcinoo y su hija Nausicaa lo reciben cordialmente y le ofrecen libaciones.

Después de un banquete, la reina Arete escucha las maravillosas aventuras de Ulises. Le dice que estuvo en el país de los cíclopes, donde el gigante Polifemo le tuvo cautivo; que de allí pasó a la isla de la maga Circe, la que convertía a los hombres en cerdos; y que una tempestad estrelló su nave y le arrojó a las costas de Ogigia.

El rey Alcinoo profundamente compadecido le entrega un barco, con el cual regresa a su patria Itaca, donde su esposa Penélope, para librarse de sus muchos pretendientes, había prometido su mano a quien con el arco de Ulises venciera en un torneo a los demás. 

Cuando Ulises, después de haber perdido a sus compañeros, llega solo y se presenta en su palacio, disfrazado de mendigo, sin ser reconocido, interviene en el torneo y a muerte a los pretendientes de su esposa Penélope, regresa con ella y pasa a la posesión de su reino.

2. Otros datos sobre de la épica homérica
  Para los griegos, Homero es más que un simple recopilador de canciones antiguas. Aristóteles ensalza en la Poética la Ilíada  y la Odisea por su unidad. Homero fue el educador de las generaciones jóvenes que debían aprender largos párrafos de la Ilíada y la Odisea, que no eran consideradas simples creaciones literarias, sino una auténtica plantilla moral y práctica sobre la que se sustentaba la paideia la educación práctica y moral del hombre griego. Sus versos no sólo relatan luchas y aventuras, sino que dan instrucciones concretas de cómo comportarse con honor en diversas situaciones, cómo vestir a un guerrero, aparejar un caballo o trabajar la tierra. Sus cantos eran una suerte de enciclopedia, un cúmulo de todo el conocimiento útil para la vida, además de un inmejorable tratado de ética. 
  Existe un cierto consenso en que la fijación escrita de la épica homérica se produjo en el siglo VIII a. C. No obstante, la acción dramática se desarrolla aproximadamente medio milenio antes, en una época que había adquirido caracteres míticos para la audiencia. Es por ello que la figura del héroe tiene tal importancia en la épica, denominada por esto mismo "heroica". La facultad principal de estos héroes, además de su fabulosa constitución física, es su temperamento, la areté o virtud guerrera, que durante la ilustración ateniense (s. V a. C.) pasaría a ser virtud cívica, debidamente adaptada a los nuevos tiempos. Este concepto de areté podría resultar extraño hoy en día, ya que no entraba en contradicción con comportamientos tales como tomar botines de guerra, apresar y esclavizar a las mujeres del enemigo o engañarlo con estratagemas. Sin embargo, el sentido del deber y el honor, fundamentales para la cohesión de una comunidad, son una constante en la vida de los héroes. Aquiles tiene la opción de quedarse en su tierra y disfrutar de una larga vida sin honores o marchar a una guerra que no tiene apenas nada que ver con él, en una tierra inhóspita, donde sabe que morirá con seguridad pero alcanzará una fama inmortal. Sin embargo, elige la segunda opción. Ese es uno de los significados de la areté.
  Los dioses son los otros protagonistas principales de la epopeya heroica, y se nos presentan en una doble identidad. Por un lado son poderosos y deciden el futuro de los mortales de acuerdo con sus caprichos, como si de un juego de mesa se tratara, y por el otro aparecen más próximos a los hombres de lo que cabría esperar, con defectos que a veces les hacen resultar ridículos, orgullosos y lascivos. Incluso pueden llegar a ser heridos (aunque nunca muertos) por manos mortales cuando se inmiscuyen en la batalla. El poderoso Zeus, que gobierna sobre las demás divinidades, está también él sujeto a los dictámenes del Destino, la Até o Hado. Así se prefiguran algunos de los aspectos fundamentales de la tragedia: el hombre toma sus decisiones pero no está solo, los dioses juegan con él a su antojo y el destino resulta ineludible, se puede predecir pero no huir de él.  

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