Comenzamos a descender entrando a una puerta en la que nos encontramos un mensaje que iba dirigido a todo aquel que llegara a ese lugar por pecador “ OH vosotros, los que aquí entráis, abandonad toda esperanza” . En ese momento sentí un cierto temor que inundaba todo mi cuerpo , no sabia con qué clase de pecadores me iba a encontrar, viendo la cara de Virgilio que era aquel que me guiaba por el camino oscuro., su rostro reflejaba miedo, entonces le dije : viéndote a ti no se que puedo esperar en este lugar tupido de tiniebla, él me respondió: esta mirada que tu tomas por miedo no es aquello que tu te imaginas, todo lo contrario, aquellas almas como la tuya no deben temerle al oscuro infierno. Después de estas palabras alentadoras seguimos el camino hacia lo más profundo del infierno, encontrándonos así todo tipo de pecados.
Nos encontramos a los mentirosos, violadores y maltratadores.
Los mentirosos estaban castigados a no callar nunca y a decir siempre la verdad sin parar.
Los violadores, se les castigaba con el rechazo, con un gran sentimiento de culpa y soledad.
Los maltratadores que en la otra vida causaron mucho dolor a aquellas almas buenas, se les condeno eternamente a cargar piedras del doble de su peso , sin derecho a descansar en ningún momento.
Al ver esto me sentí aturdido, como aquella hormiga cuando le ruge un león, en ese momento caí en un profundo sueño y al despertar, me encontré en una barca y a mi alrededor un olor a putrefacto, Virgilio al ver mi cara me explico el sitio en el que nos encontrábamos y así con un sentimiento de lastima y miedo seguimos aquel camino lleno de pecadores.
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