MADAME BOVARY
GUSTAVE FLAUBERT (Rouen 1821-Croisset 1880)
Madame
Bovary fue publicada en 1856, en la “Revue de Paris”, por entregas y, a
principios de 1857 se inició un proceso judicial contra la revista y contra
Flaubert bajo la acusación de “ofensa a la moral y a la religión”. El novelista fue absuelto y el escándalo
supuso una excelente publicidad para la novela.
Esta obra pasa por ser una de las
mejores novelas del s.XIX y la primera de todas en cuanto a modernidad y
aportación al género novelístico. Flaubert le dedicó seis años de trabajo intensivo
y dejó en su correspondencia sus reflexiones sobre la creación de esta novela y
con respecto al trabajo del novelista, en general.
El tema central de la novela es el
del adulterio, tema que interesaba a Flaubert desde muy joven. (A los dieciséis años había escrito “Pasión y virtud”, historia de una mujer
adúltera que se suicida)
La novela se inspira en hecho real:
la muerte en 1848de Delphine
Delamare, segunda esposa de un oficial de Sanidad establecido en un pueblo
de Normandía. Las circunstancias de su matrimonio, el número y profesión de sus
amantes,… coinciden con la situación novelística de Madame Bovary.
La novela consta de treinta y cinco capítulos,
de unas diez páginas cada uno, y está dividida en tres partes, situadas respectivamente en Rouen y
Tostes, en Yonville, y en Yonville,
Rouen y Yonville; excepto Rouen, ciudad episcopal del norte de Francia
(Normandía), los demás lugares son inventados.
En tres partes con una
increíble agudeza literaria, Gustave Flaubert nos muestra su punto de vista
sobre la vida de la sociedad de alto rango en la Francia del temprano siglo
XIX, al casar al personaje principal con alguien que nada le ofrece más que
exhibirla como si fuese un trofeo y al encontrar en un estudiante de leyes, con
quien tendrá una cruel y triste historia, lo que siempre buscó, pero que al
final, no la llevará a nada más que a su muerte. Madame Bovary, es pues, más
que una novela, un retrato fiel y un paradigma para la literatura realista y
universal y para la filosofía francesa.
BIOGRAFÍA Y OBRAS DEL AUTOR
Novelista francés encuadrado dentro de la
escuela realista, alabado por su objetividad y la esmerada perfección de su
estilo, cualidades ambas que se pueden encontrar en Madame Bovary, su trabajo
más representativo. Flaubert, hijo de un médico, nació en Ruán, Normandía, el
12 de diciembre de 1821.
Estudió derecho en París
durante un corto periodo de tiempo, pero su frágil salud le obligó a
abandonarlo. Fue entonces cuando decidió
dedicarse a escribir. Entre 1849 y 1851 viajó, en compañía de un amigo, por
Grecia y Oriente Próximo, una experiencia que le inspiró los escenarios
exóticos de dos de sus novelas. Afectado por un desorden de tipo nervioso,
transcurrió la mayor parte de su vida de forma tranquila, junto a su familia,
en Croisset, un lugar de campo cerca de Ruán, donde recibía frecuentes visitas
de otros notables escritores. Allí murió el 8 de mayo de 1880.
La primera novela de Flaubert, y la más leída
también, Madame Bovary, publicada
por primera vez en 1857, hubo de enfrentarse muy pronto a un importante proceso
legal. Tanto el autor como el editor fueron acusados por la inmoralidad de la
novela. A pesar de haber sido absueltos, el escándalo empañó el lanzamiento del
libro, y no fue hasta más tarde cuando fue reconocida como una de las obras
maestras de la literatura francesa.
Madame Bovary, subtitulada Costumbres
provincianas, es, en apariencia, una convencional historia de adulterio, pero
logra convertirse en un profundo análisis de la humanidad y, en concreto, un
ataque a la monotonía y a las desilusiones de la vida burguesa. Emma Bovary,
con la imaginación repleta de románticas ilusiones sobre el amor y la pasión,
se topa con la realidad de un insípido matrimonio que la ahoga, y busca las
sensaciones sobre las que ha leído en los libros, a través de una serie de
aventuras amorosas, que ella desea ver como grandes pasiones, pero que no son
en realidad más interesantes que su vida matrimonial. En un ataque de
desesperación, se quita la vida.
Flaubert refleja con gran acierto la tragedia
de este personaje, y Madame Bovary ha resultado ser una obra de referencia
constante, hasta el punto de estar considerada como una obra maestra del
realismo. Otras novelas también
importantes de Flaubert son Salambó
(1863) y La tentación de San Antonio(1874).
La primera de ellas es una narración histórica ambientada en la antigua
Cartago; la segunda está basada en la leyenda de las tentaciones a las que se
tuvo que enfrentar el fundador de las comunidades religiosas cristianas, san
Antonio, en la soledad del desierto.
Aunque estas dos novelas son consideradas en general más cercanas al
romanticismo que Madame Bovary, casi todas las obras de Flaubert combinan
elementos tanto románticos como naturalistas. En sus cartas, publicadas
póstumamente, Correspondance (4 volúmenes, 1887-1893), Flaubert calificó su
trabajo de "agonías del arte". El infinito cuidado que ponía en
conseguir una gran precisión en los detalles y en el lenguaje se ha hecho legendario.
La devoción de Flaubert hacia el arte no podría haber sido puesta de manifiesto
de otro modo mejor que en la perfección que se exigía a sí mismo.
Entre las demás obras de
Flaubert cabe destacar la novela La
educación sentimental (1869), tres narraciones cortas publicadas con el
título de Tres cuentos (1877), y dos trabajos editados póstumamente, la
inacabada novela Bouvard y Pécuchet
(1881) y Diccionario de lugares comunes
(1913).
UBICACIÓN DEL TEXTO
Se centra en la burguesía del siglo XIX, época
en la cual transcurre la novela. Este siglo es el siguiente al considerado el
Siglo de las Luces, caracterizado por el triunfo de la razón, la ciencia y el
respeto a la humanidad.
Recibe una clara herencia de
este siglo anterior que influye en el modo de pensar de la sociedad de la
época, lo que fue creando poco a poco el secularismo actual, y que durante el
libro se puede apreciar en el decreciente interés de los campesinos por los
temas religiosos. Flaubert intenta reflejar el aburrimiento y la monotonía
burguesa a través del adulterio, y la forma de pensar de la época. Todo esto
ocurre tras el final de la Revolución Francesa (1789-1799).
En el transcurso del libro se nombra a
Béranger y en varias ocasiones a Voltaire que era muy apreciado por ser uno de
los principales representantes de la ilustración, y un crítico feroz de la
religión y el clero, aunque profesando su creencia en Dios. Todas las obras de
Voltaire tienen pasajes memorables, los cuales nombra Flaubert a lo largo de
toda la obra. Algunos de los acontecimientos ocurridos durante esta época,
aunque no se haga alusión a ellos en el libro, son, aparte de una clara
evolución de la música, la literatura y la ciencia, el movimiento cartista
(revolución de los trabajadores) y la corriente de pensamiento del
romanticismo.
El romanticismo se caracteriza por su entrega
a la imaginación y la subjetividad, y la expresión y su idealización de la
naturaleza. Flaubert critica en su libro la influencia del romanticismo en las
mujeres de su época, y muestra que no todo es tan perfecto y romántico como se
muestra en la literatura romántica. En Francia el inicio del Romanticismo
coincidió con las guerras napoleónicas a principios del siglo XIX. Sin embargo
esta obra es Realista, y describe el comportamiento humano y su entorno, tal y
como actúan y sucede en la realidad.
Durante todo la novela aparece
mayoritariamente la burguesía, y en algunos momentos representantes de la clase
media y trabajadora, aunque en ningún momento aparecen las clases inferiores o
pobres. Emma, la protagonista de la novela, en un principio pertenece a la clase
trabajadora y vive con su padre en el campo, pero tras su boda comienza una
vida lujosa aunque ella no lo considere así, y anhele vivir entre la más alta
burguesía, como se demuestra en la envidia que tiene al hombre con el que baila
en una fiesta burguesa a la cual la invitan gracias a un trabajo de su marido.
La redacción de Madame Bovary
ocupa a nuestro escritor los años 1851 a 1856, es decir, los posteriores al
proceso completo de la revolución del 48; aproximadamente la empieza el año de
la caída de la II Republica y de la proclamación del II Imperio. Tras la
publicación de su obra en 1857, Flaubert aún habría de asistir al final de la
etapa imperial en 1870, a la ya mencionada comuna del 71 y a la República,
constituida en este mismo año y que sobrevivirá al novelista más de sesenta
años.
ARGUMENTO
Primera parte
Origen pequeño-burgués-rural de
Charles Bovary e influencia de la madre de éste en su temperamento y educación.
Charles se recibe a fuerza de empeño como médico y su madre le casa con la
viuda Heloise, de aparente buena dote. Conoce a Emma Rouault, hija de un
paciente, de la que prontamente se enamora. La mujer de Charles muere
súbitamente y Charles, a instancias del padre de Emma, se casa con ella en
medio de una exuberante fiesta campestre.
Al poco tiempo son invitados a una fiesta de
la alta sociedad en donde Emma puede comparar ese estilo de vida que siempre
había querido con el que tiene. Emma se desencanta y literalmente enferma de la
sencilla y llana vida que le ofrece su nada romántico marido. Charles en busca
de una solución y sin nunca sospechar la verdadera causa de la enfermedad de
Emma, migra con ésta desde Tostes a la ciudad de Yonville. Emma se encuentra
embarazada.
Segunda parte
En Yonville los Bovary conocen a Homais, el
farmacéutico, y a su hospedado y practicante de leyes León, amante de la música
y literatura, un romántico que inmediatamente hace sinapsis con Emma forjándose
una amistad que se torna en amor mutuo no confeso. Nace la hija de Emma siendo
encargada tempranamente a una nodriza. Emma toma distancia de León y éste ,confuso
y desilusionado, emigra a París. Emma vuelve a caer enferma del alma, tal como
lo hiciera por primera vez en Tostes. Imbuida de frustración y languidez conoce
al señor Rodolphe Boulanger de la Huchette en el cual Emma ve reflejados sus
ensueños románticos. Se hacen amantes y Emma comienza a gastar dinero desmesuradamente
en lujos. Emma planea la huida de ambos, Rodolphe la abandona. Emma cae
nuevamente enferma, en su lenta recuperación se reencuentra con León en una
obra de teatro.
Tercera parte
Comienza el romance de Emma con
León, paralelo a ello Emma sigue endeudándose hasta que la situación financiera
de los Bovary (sin nunca sospecharlo Charles) se torna insostenible. Al
encontrarse abandonada por sus amantes y rodeada de gente que realmente no ama,
Emma toma la decisión de suicidarse con arsénico. Charles finalmente se da
cuenta de todo, la perdona y luego muere de amor.
ESTRUCTURA
La obra se divide en tres partes:
La primera parte consta a su
vez de nueve capítulos que empiezan con la infancia de Charles Bovary y de sus
estudios y cómo se caso con una mujer mayor que él, y empezó a trabajar como
médico. También en esta primera parte conoce a Emma que es hija de un paciente
suyo, un campesino que ha educado a su hija en un colegio de monjas, con
disciplina y como si fuera una niña burguesa. Charles se enamora de Emma y
cuando muere su mujer, decide pedirle la mano a su padre, el cual acepta. La
primera parte acaba cuando ya se han casado y se van a mudar de Tostes y ella
ya está embarazada.
La segunda parte consta de
quince capítulos y comienza cuando se mudan. Emma Bovary ya se siente frustrada
en su matrimonio: casándose no ha conseguido lo que quería puesto que se ha
casado con un simple médico vulgar y sus aspiraciones son mayores. Decide que
va a conseguir lo que se propuso y va a ser como las mujeres de las novelas
románticas que leía, y conoce a un hombre, Rodolphe, el cual llega a ser su
amante pero éste la abandona. En esta segunda parte Emma ya tiene a su hija
Berthe, la cual es puesta en manos de una nodriza que se encarga de su cuidado,
y Emma no tiene relación con ella excepto en contadas ocasiones.
La tercera parte, se divide en
once capítulos y corresponde a la relación con su segundo amante, León, el cual
termina abandonándola. Emma, frustrada y perseguida por sus acreedores por
gastar más allá de sus posibilidades y, por tanto, perseguida por sus deudas,
decide quitarse la vida con arsénico.
PERSONAJES PRINCIPALES
EMMA
BOVARY: Es la hija de un campesino acomodado –el tío Rouault- y esposa de
un médico mediocre (Charles). Es sensual, llena de sueños, varios de ellos
egoístas y vacíos, ve frustrados sus anhelos en medio de la vida provinciana.
Hastiada de su marido, se entrega a dos hombres, León Dupuis y Rodolphe
Boulanger, que demuestran no ser menos vanidosos y egoístas que ella. Acosada
por las deudas, y harta de la vida, se suicida.
CHARLES
BOVARY: Esposo de Emma. Graduado como oficial de sanidad, se traslada a un pequeño
pueblo de la Normandía, Tostes, donde ejerce. Allí se casa, primero con una
mujer mayor que él, y luego con Emma. Ésta acaba por dominarlo y someterlo a
sus designios. El buen hombre es limitado y se resigna con poco: considera a su
esposa una diosa, sin darse cuenta que ella le es infiel en sus propias
narices. Además su incompetencia no se reduce al ámbito de lo conyugal, también
es un profesional mediocre: por su culpa provoca la gangrena en la pierna de un
paciente, obligando a cortársela. Después de muerta su esposa, descubre toda la
verdad. Muere sólo y en completa ruina.
PERSONAJES SECUNDARIOS
LEÓN DUPUIS: Pasante
notario en Yonville. Allí conoce a Emma y simpatizan rápidamente, pues tienen
gustos afines por las lecturas sentimentales y las evocaciones románticas. Sin
posibilidad de que el amor se concrete, parte hacia Ruán a seguir estudiando.
Allí encuentra a Emma, tres años después. Viven un amor apasionado y loco que
termina mal: él la abandona y se casa con una mujer "decente".
RODOLPHE
BOULANGER: Rico galán que tiene su castillo en los alrededores de Yonville.
Frívolo y seductor, enreda a Madame Bovary y la convierte en su amante. Cuando
ella lo presiona para que se fuguen, él escapa dejando arruinada moralmente a
Emma. Años después ella lo buscará para que la salve de otra ruina –la
económica- . Él dice no tener tres mil francos. Emma lo maldice. Después de que
ella muere, Rodolphe se encuentra con Charles. La escena es irónica. El burgués
no pierde la compostura y no vacila en humillar, esta vez de frente, al médico
arruinado. "Todo es culpa de la fatalidad", dice éste.
HOMAIS:
Farmacéutico en Yonville. Petulante e ignorante, se siente con derecho a opinar
sobre todo. Es el típico burgués de pueblo, con ínfulas de sabihondo. Se cree
anticlerical, pero es tan vulgar como el cura del pueblo. Es padre de tres
hijos a los que quiere convertir en genios científicos. Los niños, en verdad,
son sucios y maleducados. Es el indirecto responsable del suicidio de Emma,
pues ella toma el veneno en el "laboratorio" del boticario. Homais
paradójicamente, es quien siempre da las ideas que llevan a Emma a los brazos
de sus amantes. Después de la muerte de ella, se convierte en autoridad local y
el rey le impone la cruz de honor.
MADAME BOVARY MADRE:
Progenitora de Charles. Posible responsable de la debilidad de su hijo, por
sobreprotegerlo tanto. La señora es intrigante y detesta a su nuera Emma. Sin
embargo, saca de varios apuros económicos a la pareja. Es real enemiga de la
literatura y responsabiliza a las novelas de los "desórdenes" que
sufre Emma. Al final pretende quedarse con su nieta, lo que provoca las iras de
Charles y la definitiva ruptura entre madre e hijo.
MONSIEUR
BOVARY: Padre de Charles. No se parece en nada a su hijo: es borrachín,
mujeriego y perezoso. Su pobre esposa lo mantiene. El señor se da ínfulas de
conquistador, pero no es más que un "viejo verde" en decadencia.
Muere de un infarto.
ELOISE DUBUC:
Primera mujer de Charles. "Viuda de un escribano de Dieppe, que tenía
cuarenta y cinco años y mil doscientas libras de renta". Es enfermiza y
celosa. Cuando se descubre que no tenía la cantidad de dinero anunciada, es
acusada por los Bovary y muere repentinamente. Aunque Charles la llora, pronto
olvida sus pechos planos y sus pies fríos.
BERTHE:
Hija de Emma y Charles. Su madre muy pronto la rechaza y sólo cuando tiene
problemas con sus amantes,
ABATE
BOURNISIEN: El cura de Yonville. Demuestra su ineptitud de consejero
espiritual frente a las crisis de Emma Bovary. Frecuentemente vive en
desacuerdo con el boticario, Homais. Pero juntos son de la misma calaña:
groseros e incultos. Flaubert los pone a dormir frente a frente –panza contra
panza- en el velorio de Emma, igualándolos en su condición.
FELICIDAD:
Doméstica de los Bovary. Es una chica muy fiel a sus patronos, al comienzo, y
demuestra habilidades para encubrir las escapadas de Emma con sus amantes.
Sobre todo es muy colaboradora y cómplice cuando su ama está en quiebra
económica. Después de muerta Emma, se escapa con Teodoro y se roba los vestidos
más bellos de su señora.
MONSIEUR ROUAULT:
Padre de Emma. Es viudo y por causa de un accidente es que su hija conoce a
Charles, quien le cura. El viejo es bonachón y no tiene ni idea de la hija que
tiene. Cada año envía un pavo de regalo. La muerte de Emma lo deja desconsolado
y pronto sufre una parálisis que lo lleva a la muerte.
JUSTINE: Empleado
de Homais. El joven siempre vive enamorado, platónicamente, de Emma. Es un
personaje tierno, y uno de los pocos que se destaca en toda la novela por ser
noble y fiel.
BINET: Áspero
recaudador y director de los bomberos de Yonville. Emma acude a él como último
recurso para que le preste dinero. E incluso parece que se le insinúa
sexualmente.
LIEUVAIN: Ayudante
del consejero de Ruán para asuntos agrícolas. Su verbo exaltado se escucha en
los comicios agrícolas y sirve como contrapunto a la charla erótica de Emma y
Rodolphe. Es un personaje puramente instrumental, y Flaubert lo utiliza para
expresar la desmesura e hipocresía de los políticos. Tanto él como Rodolphe son
dos mentirosos profesionales.
HIPÓLITO: Joven
sirviente de la hostelería "El león de oro". Es cojo y sufre la
incompetencia profesional de Charles como médico. Por culpa de éste, le es
amputada la pierna. En el entierro de Emma se comporta muy formal y estrena la
pierna artificial nueva que ella la había regalado en compensación de la
idiotez de su marido.
MADAME
LEFRANÇOIS Y MADAME TUVACHE. La primera es dueña de la taberna "El
león de oro". La segunda es la esposa del alcalde. Juntas son chismosas y
testigos indirectas de la tragedia de Emma. Aunque las locuras de ésta les
parezcan escandalosas, es seguro que en el fondo de sus corazones burgueses
darían la vida por estar involucradas en alguna aventura como las que tuvo
Madame Bovary.
LHEREUX: El
comerciante del pueblo. Un miserable pillo, embaucador y delincuente,
responsable indirecto de la muerte de Emma, pues él la enredó en varios pagarés
por los que ella finalmente no pudo responder. Además es hipócrita y cínico. En
el entierro de su deudora dice: "¡Qué desgracia para su pobre
marido!".
MONSIEUR
GUILLAUMIN: No menos ladrón y pillo que el anterior. Emma lo visita cunado
está a punto de que embarguen sus bienes. El notario de Yonville aprovecha la
situación para hacer solicitudes sexuales. Emma lo insulta y después casi
vomita.
DOCTOR
CANIVET: Médico prestigioso que, ante la incompetencia de Charles, se ve en
la obligación de sustituirlo en dos ocasiones. Primero en el caso de la
gangrena de Hipólito (es Canivet quien corta la pierna) y luego en el caso del
envenenamiento de Emma.
DOCTOR LARIVIÈRE:
Antiguo maestro de Charles. En la novela así es descrito: "Desdeñoso de
cruces, títulos y academias, médico de hospital, liberal, paternal con los
pobres y que practicaba la virtud sin creer en ella, casi habría pasado por
santo a no ser porque su penetrante inteligencia hacía temerle como a un
demonio. Su mirada más cortante que sus bisturís, iba derecha al alma y
desarticulaba toda mentira a través de alegatos y pudores. Y así era el hombre,
pleno de esa majestad llana que dan la conciencia de un gran talento, la
fortuna y cuarenta años de una existencia laboriosa e irreprochable".
Asiste a Emma en sus últimos momentos y es quien dictamina que ella ya no tiene
salvación, pues el arsénico ya llegó al corazón. Es otro de los pocos
personajes nobles y entregados que hay en la novela. Los críticos aseguran que
este personaje es el padre de Flaubert ficcionado.
EDGAR
LAGARDY. Famoso tenor de quien Emma se enamora platónicamente después de
verlo en ópera "Lucía de Lamermoor", en Ruán. Rápidamente lo olvida
después de encontrar por segunda vez a León Dupuis.
EL CIEGO MENDIGO:
Vagabundo que espera a la entrada de Yonville el coche de transporte, "la
Golondrina". Emma siente repulsión por él y se convierte en augurio de
mala suerte. Es el último ser que ella oye sobre la Tierra. El ciego también es
otro enemigo de Homais, a quien desprestigia por haberle prometido curarle y no
cumplirlo. El boticario logra que lo encierren en un manicomio.
LUGARES Y ESCENARIOS DONDE SE DESARROLLAN LOS ACONTECIMIENTOS:
El libro transcurre en Francia,
más exactamente en las ciudades de Rouen (dónde Charles Bovary realiza sus
estudios), Tostes (lugar en el cual ejerce de médico en sus inicios, y vive con
su primera mujer) Les Bertaux (donde conoce a Emma, su segunda mujer)
Neufchátel (donde en un pueblo cercano, Yonville, ejerció su trabajo hasta su
muerte) y, en la última parte del libro, vuelve a aparecer Rouen, pues allí
Emma vive sus aventuras con su amante León.
TEMAS PRINCIPALES
La insatisfacción vital. / Choque entre realidad y deseo.
Emma ansía una vida plena. Le pide a la vida más
de lo que la propia vida pueda darnos. No se conforma con lo que tiene. A Emma
como a don Quijote la mató el querer hacer realidad sus sueños. Como dijo
Flaubert , “madame Bovary soy yo”, todos somos Bovary, hombres y mujeres. Todos
sentimos pena por Emma como acabamos sintiendo pena por don Quijote
Emma Bovary la cual vive la vida a través de los libros, ella jamás podrá
encontrar el amor ya que la vida real difiere mucho a la de los libros, ya que
el príncipe azul de los libros no se encuentra en la vida real, esto le traerá
como consecuencia la incapacidad de amar a un hombre ya que ningún hombre es
como se describen en los cuentos, en la novela se deja establecido que Emma no
pudo encontrar la felicidad, además podemos ver que tiene dos amantes, pero por
varias razones termina solamente con Charles su esposo, el cual ella, no le
daba importancia y creía haber cometido un error al haberse casado con él.
El adulterio, (vinculado con
el tema anterior), La infidelidad de Emma, que no encuentra en su matrimonio
lo que busca, y el remordimiento, la culpa y la frustración que siente Emma por
serle infiel a su esposo.
La ambición de poder y fama: durante la novela existen muchos personajes que sueñan y
tienen como objetivo de existencia en convertirse en alguien importante y con
mucho dinero. Esta clase de personas, que pertenecen a la burguesía de la
época, luchan incansablemente por este anhelo. Es tal su obsesión que no les
importa las consecuencias y daños que pueden producir al conseguir su objetivo,
cometiendo así actos de gran frialdad.
Uno de los personajes que reencarna esta ambición es Emma, quien lo único
que desea es ser millonaria. Ella desea que Charles se haga un médico famoso no
porque quiere a Charles, sino que porque ella quiere ser reconocida en toda
Francia. Para ello ella utiliza a Hyppolyte, sin importarle lo que pueda
pasarle a éste. Ese deseo por el dinero se refleja al morirse el padre de
Charles, en donde Emma no se interesa por la triste situación, sino que sólo le
preocupa la herencia que éste le pueda dejar a Charles. Ella anhela una vida
junto a las personas más relevantes y famosas de Francia, lo que queda
demostrado al maravillarse con las personas que fueron al castillo de
Vaubyessard. Por último, la causa de su muerte es la consecuencia de estar en
una situación económica muy delicada. Ella, al ver que no encuentra una
solución para evitar un juicio por endeudamiento termina por quitarse la vida,
evidenciando así que su vida giraba en torno a ser rica e importante.
Lleureux, el comerciante, también retrata a la ambición por el poder
lucrativo. En su afán de obtener dinero, comienza a ofrecer productos para
venderlos de cualquier manera. Se aprovechaba de su astucia para ofrecer
facilidades de pago, haciendo que se le pagara en cuotas, para que el cliente
pudiera adquirir el bien. De esta manera él produjo que sus clientes, como
Emma, se fueran endeudando cada vez más con él, teniendo que pagarles intereses
a éste. Todo este plan lo hizo con el fin de extraer la mayor cantidad de
dinero posible a sus clientes, sin importarle mayormente el fin de éstos, los
cuales pueden terminar en la cárcel. Esto, sin duda representa a un personaje
despreciable y maquiavélico, ya que no le importan los medios sino que el fin
para llegar a ser millonario.
La Estupidez.
Flaubert despreciaba profundamente su época. Y no sólo por un sentimiento
de repulsión personal o de resentimiento. Su odio se dirigía contra la tontería
reinante, la trivialización general de la vida en la Francia de la segunda
mitad del siglo XIX. Y sobre todo, por la muerte progresiva del Romanticismo,
superada en ese momento por el auge del capitalismo, es decir, el triunfo de la
vida material sobre la espiritual.
Madame Bovary es un vehículo para expresar ese disgusto. En la obra hay
varios estúpidos. Charles, el primero. Ingenuo, con esa ingenuidad que no parte
del conocimiento sino de la ignorancia y la falta de sensibilidad. Homais, que
es un profesional de la imbecilidad, todo lo que hace y dice el farmaceuta es a
favor de la tontería. Pero es una estupidez social aceptada, y claro
reconocida.
Estúpido es Lhereux, el comerciante. Las señoras Tuvache y Lefrançois, no
menos chismosas y fieles. Y por supuesto, estúpida también es Emma, quien
confundió la realidad con sus sueños y por eso le fueron cortadas,
salvajemente, las alas. Estúpida era la realidad francesa de 1830 a 1880. La nación que
había enseñado al mundo el lema de "Libertad, igualdad, fraternidad",
también podía ser la más frívola y egoísta.
LENGUAJE Y ESTILO DE LA OBRA
Excepto el principio de la obra que está
escrito en primera persona, por un alumno de una escuela que describe la
llegada de un nuevo alumno a clase, el resto de la novela está escrito en
tercera persona. Es un narrador
omnisciente porque sabe todo lo que ocurre y todos los pensamientos y
sentimientos de sus personajes, y lo retrata desde fuera y lo hace en tercera
persona. Esto es característico de la novela realista, el que haya un narrador
que lo sabe todo y conoce lo que ocurre y lo narra de forma objetiva y realista
aparentemente pero en realidad, debido a que él nos presenta solo realmente lo
que quiere que veamos pues resulta algo subjetiva, porque solo nos dice lo que
quiere decir para que el lector piense lo que él desea que piense.
Flaubert dominaba el arte de la paráfrasis e innumerables fragmentos de
la novela resuenan por su efecto, tanto el inmediato como el diferido, en la imaginación
del lector. Por diferentes calles –volvamos al pasaje en cuestión–, el carruaje
reaparecía "más cerrado que un sepulcro y tambaleándose como un
navío". Este fragmento culmina espléndidamente cuando el carruaje
reaparece por última vez: el sol golpeaba contra los viejos faroles plateados,
una mano desenguantada se deslizó debajo de las cortinillas de lino amarillo y
arrojó pedacitos de papel que se dispersaron con el viento y fueron a caer más
lejos, como blancas mariposas en un campo florido de encarnados tréboles.
La imagen que insinúa este pasaje es tan
poderosa que evoca en la mente del lector un óleo antes que una descripción
verbal. Pero además de su poder plástico, en el fragmento resuena un erotismo
que se evoca sin detallarse, que se expande por la imaginería del lector y no
por una intromisión explícita del autor. Como acertadamente lo señala George
Steiner en el capítulo cinco de Después de Babel, El desplazamiento
hermenéutico: "Cada vez que releemos un pasaje importante de Madame
Bovary, o de cualquier otra obra maestra, aprendemos a oír más y mejor, a
reconocer nuestras posibilidades, la significación es un contenido que supera
la paráfrasis." Flaubert no sólo
era un maestro de la paráfrasis sino que, de hecho, investigaba con singular
ímpetu la perfección descriptiva, se esforzaba por cincelar transcripciones por
entero objetivas, casi científicas. Abundan los pasajes que son descritos como
si se tratara de una cámara de cine que planea lentamente sobre la realidad
revelando ciertos detalles mientras que oculta otros. La magnífica prosa de
Flaubert nos envuelve de tal modo, que olvidamos por entero que es el propio
autor quien nos está mostrando esa realidad al mismo tiempo que nos disimula
otra. Los detalle descritos, las acciones realizadas, las conversaciones y los
diálogos, la arquitectura, los bailes, la vestimenta y, en una palabra, el rico
y complejo conjunto que constituye a la novela como un todo, le otorga una
función significante y significativa a cada detalle. La trama está estructurada
por sus detalles pero, simultáneamente, éstos la determinan.
Al inicio de la novela, por ejemplo, la
descripción de la gorra de Charles Bovary semeja la fiel trascripción de un
dedicado etnógrafo, pero Flaubert no buscaba meramente un impacto visual, sino
que dicha descripción es el trasfondo que resalta la naturaleza ingenua del
personaje y de la insensibilidad del rito de la novatada; muestra su carácter
de primerizo en los usos y costumbres del nuevo ambiente escolar y puntualiza
las despiadadas burlas de aquellos que serán sus compañeros. Como muchos
biógrafos lo han señalado, este episodio es autobiográfico y describe un
recuerdo infeliz del propio autor. Aquí el lenguaje cumple una función de
evocación emocional que pretende hacer que lector experimente un poco de la infelicidad
del episodio. Este pasaje también establece, desde el inicio, la oposición
entre la sensibilidad personal y las extenuantes urgencias del medio social,
asunto que devendría, justamente, en el drama fatal de Emma Bovary.
El lenguaje, más allá
del hecho evidente de ser un medio expresivo ingénito a la literatura, cumple
un papel vertebrador en esta novela. Flaubert trabajaba con las palabras como
un afanado escultor, enmendaba, enriquecía y expandía incesantemente lo
escrito. Volvía constantemente a sus escritos hasta asegurarse de haber logrado
el efecto esperado. Sus frases no sólo pretendían comunicar una idea, sino que
buscaban un efecto de agradable sonoridad; la lectura debería ofrecer un
pensamiento y un corolario musical. Lo uno sin lo otro disminuiría el valor
estético y la literatura perdería su identidad.
El ritmo de la escritura trata de mantener una
consonancia íntima con la dimensión afectiva de los personajes. Así, por
ejemplo, cuando Emma pasa por una crisis depresiva se atrinchera en las
evocaciones de sus experiencias en el colegio:
“Hubiera deseado, como antes, confundirse con la enorme fila de blancos
velos, que contrastaban por doquier con las rígidas togas negras de las
pequeñas hermanas reclinadas en sus oratorios. […] En ese momento la sobrecogió
un sentimiento de ternura, se sintió languidecer y enteramente abandonada, como
una pluma de ave que gira en la tormenta”.
De este pasaje emana indolencia y languidecimiento,
la tonalidad de las frases, por su forma y contenido, insinúa dicho abandono.
Podríamos ponderar, por contraste, otro pasaje que se inicia con viveza y
agitación, pero termina con un tono de abatimiento:
“La presencia de su persona turbaba la
voluptuosidad de aquella meditación. Emma palpitaba al ruido de sus pasos;
después, en su presencia la emoción decaía, y luego no le quedaba más que un
inmenso estupor que terminaba en tristeza”.
En este caso, el fragmento narra un momento en
el que Emma se enfrasca en una profunda meditación sobre su situación, reconoce
la intensa alteración que le causa la presencia de León, pero también consiente
la desolación que causa su ausencia. El talento de Flaubert hace casi
imperceptible el paso de una emoción a la otra y logra que éstas no sólo
describan sino que exuden cargas emocionales.
Flaubert, sin embargo, ejercita el lenguaje hasta límites inusuales
logrando que sus propios personajes sean víctimas o beneficiarios de éste. Una
persona plana o simple, por ejemplo, "carece de lenguaje" o su
"habla es parca". Como ejemplo contrario, cuando Charles recuerda su
primer encuentro con Emma, ella le es presentada como alguien
"inteligente" y que "sabe hablar". En el capítulo ocho de
la segunda parte, Rodolfo presta menos atención al físico de Emma mientras que
evoca con pasión "las cosas que dijo y la forma de sus labios". León,
el otro amante de Emma, reflexiona sobre el mensaje postrero en una tumba:
"ambos estaban construyendo un ideal de sí mismos y adaptaron sus vidas a
éste. Los actos del habla invariablemente permiten acrecentar los
sentimientos". El propio lenguaje, entonces, define y construye a cada
personaje.
Emma se pregunta cuál, por el significado en
la vida real, de palabras tales como "pasión", "éxtasis" o
"arrobamiento", las cuales poseían una sonoridad tan bella en los
libros. Es, sin embargo, en el capítulo nueve de la segunda parte, donde
aparece con entera claridad el poder creador del lenguaje:
“Ella recordaba a las heroínas de los libros
que había leído y aquella lírica legión de adúlteras comenzaron a cantar en su
memoria con voces fraternales que la encantaron. Ella se estaba transformando
en una manifestación de sus propios ensueños”.
Sin duda el estilo que más predomina en Madame
Bovary es el indirecto. El narrador
se caracteriza por hacer largas y minuciosas descripciones de los ambientes en
donde transcurren los hechos y de los sentimientos y acciones de los
personajes, a los cuales los describe generalmente en bloque y directamente
cuando quiere describirlos en forma física y en forma fragmentada e indirectamente
cuando se describen sus pensamientos y forma de ser.
El narrador ocupa bastante poco el estilo
directo, es decir, los personajes no hablan con sus palabras. Cuando lo hace,
siempre lo hace con alguna intención, como es por ejemplo, transmitir al lector
una característica del personaje al dejarlo hablar. Este es el caso del
farmacéutico, en donde el narrador ocupa estilo directo, para demostrar que
este personaje habla mucho con el objetivo de que la gente lo considere un
sabio y así convertirse importante.
A pesar de lo dicho anteriormente también el
narrador ocupa bastante el indirecto libre, en el que se mezclan estilo directo
e indirecto. Esto ocurre generalmente cuando el narrador describe una acción y
luego el personaje expresa algo muy importante, como es una emoción fuerte que
éste vive en ese momento. Un ejemplo de esto se presenta cuando Emma y su
amante se expresan su amor hacia el otro.
En
cuanto al tipo de palabras y estilo en su modo de expresar los
acontecimientos el narrador posee muchas facetas. Su característica general es
ser muy descriptivo y observador para darnos a conocer lo que acontece y
también para mostrarnos las cualidades de algún personaje. Esto habla de una
meticulosidad para examinar y analizar cualquier acción o cosa. Además de ello
posee la exactitud, seriedad y minuciosidad para relatar ciertos
acontecimientos en donde se requiere conocimientos específicos. Éste es el caso
de la operación a Hyppolyte, en la que el narrador nombra y conoce
perfectamente las partes del pie o cuando éste mismo relata los síntomas que se
le producen a Madame Bovary por la ingestión de arsénico. Todo lo que sucede a
la protagonista es lo mismo que acontecería si una persona hace lo mismo en la
realidad. Esto demuestra, en conclusión, una objetividad absoluta por parte del
narrador.
Existe también un tipo de lenguaje para cada
estrato social en la novela. En el estilo indirecto, el narrador se expresa en
forma formal pero no para sólo gente que tenga una cultura superior. Está escrito
para la clase media, ya que se ocupan palabras normales y cotidianas, pero sin
groserías ni frases vulgares. En donde hay cambios en el lenguaje es en el
estilo directo. Existe grandes diferencias, en el vocabulario empleado por la
gente del pueblo (Posadera, Justin, Félicité) al lenguaje de la burguesía,
quien era más educada, por lo que tenía una mejor expresión oral. Para que
decir de la gente que va al castillo, la que habla en forma muy elegante “Sería
usted tan amable caballero” El narrador
utiliza algunos, flash back, en donde generalmente los personajes recuerdan
fugazmente etapas de su pasado. Esto ocurre con Emma cuando ella se ve en el
convento o cuando se recordaba su vida en Los Bertaux. Hay también otros
personajes como Chales quien recuerda, luego de que Emma muriese, momentos en
la que compartía su existencia con ella. En conclusión, cabe decir que todos
estos flash backs, son recuerdos de épocas felices de los personajes y que
ahora lo recuerdan con el anhelo de volver a ella, ya que su existencia en el
momento actual es desdichada.
Hay además hechos de la novela en donde se
viaja al futuro, lo que se llama un flash foward. Esto ocurre al principio de
la novela. El narrador comienza relatando la entrada de Charles al colegio,
para luego volver al presente en la que empiezan a analizar la vida de los
padres de Charles y la vida de éste desde que nace. También se presentan flash
foward en la que los personajes sueñan algún anhelo determinado. Esto sucede
cuando Charles comienza a pensar en el futuro de su hija.
Las afinidades entre Flaubert y Cervantes a
menudo han intrigado a los lectores de Madame Bovary y Don Quijote. Sus héroes
son víctimas de la literatura y de la imaginación.
Lo que consiguió Flaubert fue convertir al
lenguaje en un objeto de sí mismo. En Madame Bovary, el lenguaje llama la
atención sobre el propio lenguaje, constantemente el texto genera bucles de
autorreferencia donde los significados traspasan los límites de la ficción para
invadir la realidad, lo real se filtra en la ficción o, lo que resulta más
conmovedor e inquietante, la ficción irrumpe en la imaginación de los personaje
de ficción.
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