Walt Whitman (1819-1892) escribió este canto fúnebre por la muerte de Abraham Lincoln en 1865. Publicado en la prensa del sábado de Nueva York, obtuvo un éxito inmediato. En la década de 1880, cuando Whitman daba conferencias y lecturas públicas, se le pidió que recitara el poema tantas veces que llegó a afirmar: “Casi lamento haberlo escrito”, aunque había “ciertas razones emocionales inmediatas para hacerlo”. “
Aunque Whitman es reconocido como el más innovador de los poetas americanos, este poema es un raro ejemplo de su uso de la rima, con versos de ritmo regular, que sirve para crear un efecto sombrío aunque exaltado. Whitman había tenido una visión de Lincoln como un capitán de arcángeles, y al parecer soñado la noche antes del asesinato con un buque que llegaba a puerto a toda vela.
Sin descanso creativo, Whitman hizo múltiples revisiones de “¡Oh Capitán! Mi Capitán!”, incluso décadas después de su creación. (Del blog colaborativo LITERATURA UNIVERSAL PAU)
Oh Capitán, mi capitán!!
Oh Capitán, mi Capitán:
nuestro
azaroso viaje ha terminado.
Al
fin venció la nave y el
premio fue ganado.
Ya
el puerto se halla próximo,
ya
se oye la campana
y
ver se puede el pueblo que entre vítores,
con
la mirada sigue la nao soberana.
Mas
¿no ves, corazón, oh corazón,
cómo los hilos
rojos van rodando
sobre
el puente en el cual mi Capitán
permanece
extendido, helado y muerto?
Oh
Capitán, mi Capitán:
levántate
aguerrido y escucha cual te llaman
tropeles
de campanas.
Por
ti se izan banderas y los clarines claman.
Son
para ti los ramos, las coronas, las cintas.
Por
ti la multitud se arremolina,
por
ti llora, por ti su alma llamea
y
la mirada ansiosa, con verte, se recrea.
Oh
Capitán, ¡mi Padre
amado!
Voy
mi brazo a poner sobre tu cuello.
Es
sólo una ilusión que en este
puente
te
encuentres extendido, helado y muerto.
Mi
padre no responde.
Sus
labios no se mueven.
Está pálido, pálido. Casi
sin pulso, inerte.
No
puede ya animarle mi ansioso brazo fuerte.
Anclada
está la nave: su
ruta ha concluido.
Feliz
entra en el puerto de vuelta de su viaje.
La
nave ya ha vencido la furia del oleaje.
Oh
playas, alegraos; sonad, claras campanas
en
tanto que camino con paso triste, incierto,
por
el puente do está mi Capitán
para siempre extendido, helado y muerto.
O Captain! my Captain! our fearful trip is done,
The ship has weather’d every rack, the prize we sought is won,
The port is near, the bells I hear, the people all exulting,
While follow eyes the steady keel, the vessel grim and daring;
But O heart! heart! heart!
O the bleeding drops of red,
Where on the deck my Captain lies,
Fallen cold and dead.
O Captain! my Captain! rise up and hear the bells;
Rise up—for you the flag is flung—for you the bugle trills,
For you bouquets and ribbon’d wreaths—for you the shores a-crowding,
For you they call, the swaying mass, their eager faces turning;
Here Captain! dear father!
The arm beneath your head!
It is some dream that on the deck,
You’ve fallen cold and dead.
My Captain does not answer, his lips are pale and still,
My father does not feel my arm, he has no pulse nor will,
The ship is anchor’d safe and sound, its voyage closed and done,
From fearful trip the victor ship comes in with object won;
Exult O shores, and ring O bells!
But I with mournful tread,
Walk the deck my Captain lies,
Fallen cold and dead.
Y, a continuación dos vídeos. El primero podéis aprovecharlo para , además de disfrutar del poema original, reforzar vuestro inglés. El segundo corresponde a uno de los momentos más emotivos de la película citada.