martes, 2 de junio de 2015

La narrativa hispanoamericana en la segunda mitad del siglo XX


La narrativa hispanoamericana en la segunda mitad del siglo XX
  
Introducción.

 La primera mitad del siglo XX se caracteriza por la presencia de la corriente denominada “realismo tradicional” (novela regionalista, cuento criollo, novela de la revolución mejicana, novela indigenista) fundada en la creencia de que es posible representar una realidad percibida como objetiva con un propósito testimonial y crítico (Jorge Icaza: Huasipungo; Rómulo Gallegos: Doña Bárbara; Ricardo Güiraldes: Don Segundo Sombra.

La narrativa hispanoamericana, en la segunda mitad del siglo XX, no está arraigada en la tradición de la novela española clásica, realista o anterior a la guerra civil, sino que muestra una gran sensibilidad hacia esa trasformación que se conoce como metamorfosis de la novela, y que sucede por obra de grandes autores europeos y norteamericanos de principios del siglo XX: Joyce, Kafka, Proust, Faulkner… Por consiguiente, se puede calificar de “novela experimental”. Expresa un mundo de unas dimensiones muy distintas a las europeas, para el que los límites de la realidad difieren bastante de los habituales para nosotros.
 Su auge viene marcado por dos momentos determinantes en su desarrollo: el surgimiento innovador del “realismo mágico y la consolidación de esas innovaciones a través de “los autores del boom”.
  1. LA RENOVACIÓN DE LA NARRATIVA HISPANOAMERICANA: REALISMO MÁGICO (1940-1960): tendencia narrativa que integra lo maravilloso en el universo narrativo sin que produzca extrañeza o se perciba como opuesto o distinto a lo real.
A partir de 1940 la novela y el cuento hispanoamericano acogen nuevos temas y emplean novedosas técnicas narrativas que desplazan al realismo tradicional. En principio, no abandonan los temas políticos, sociales e indigenistas pero incorporan temas existencialistas , temas metaliterarios y, sobre todo, la fantasía (la razón no es suficiente para dar cuenta de la realidad. Las historias incorporan lo mágico, lo maravilloso, lo misterioso, lo inexplicable o lo irracional como otras parcelas de lo real, que no solo es admisible, sino habitual).
Los narradores de estos años (1940-1960) asimilan géneros y modos de narrar     procedentes de la literatura clásica, la literatura contemporánea europea y la estadounidense.
Acompañan estas innovaciones con un estilo muy elaborado, caracterizado por su exuberancia verbal y la belleza descriptiva. Existe una preocupación formal en la construcción de las novelas y cuentos.
Los autores más significativos de esta renovación son:
  • El guatemalteco Miguel Ángel Asturias, cuya obra más relevante, El señor presidente, retrata las dictaduras hispanoamericanas en una novela llena de elementos caricaturescos, irónicos y surrealistas, y con una presencia casi continua de lo irreal y lo onírico.
  • El cubano Alejo Carpentier, en quien se  combinan la real maravilla de la naturaleza americana y el barroquismo en la expresión, como se puede ver en obras como El siglo de las luces y El reino de este mundo.
  • Jorge Luis Borges es una de las figuras más importantes de la literatura universal. Su creación narrativa se compone de relatos cortos. Algunos libros de cuentos son: Ficciones, El Aleph, etc. Los relatos tienden a ser juegos imaginativos que ponen al lector ante insólitos ejercicios intelectuales. El objetivo del autor es plantearnos problemas de carácter metafísico. Entre los temas encontramos: el tema de la identidad, el tiempo cíclico o circular; la presencia de laberintos que simbolizan el universo; las bibliotecas, que representan la imposibilidad del conocimiento; los espejos como imagen del desdoblamiento en la personalidad del hombre; los ríos que simbolizan el tiempo que fluye; y, por último, la muerte, como final o principio de ese mundo cíclico e ilusorio.
  • Juan Rulfo, su producción es brevísima, se reduce a una colección de cuentos titulada El llano en llamas  y a la novela Pedro Páramo. Las características formales de esta novela son: el desarrollo no lineal de la narración, con recuerdos que fluyen de un modo desordenado; la combinación de varias perspectivas; y la mezcla del lenguaje culto con el popular.
  1. EL BOOM DE LA NOVELA HISPANOAMERICANA (1960-1980)
La década de los sesenta supone para la novela hispanoamericana una etapa de máximo esplendor con obras como La ciudad y los perros de Vargas Llosa, Cien años de soledad  de García Márquez, o Rayuela de Julio Cortázar. A esto se añade la gran difusión internacional y el éxito editorial. Este fenómeno literario se conoce como el boom de la novela hispanoamericana. Existe un mayor interés por los espacios urbanos. Prosigue el realismo mágico. Tendencia a la experimentación formal y a la narración discursiva.
Estos novelistas consolidan la línea renovadora iniciada por los autores de la etapa anterior. Por lo general, tienden a la novedad respecto a la forma y a la fidelidad respecto al tema: la realidad hispanoamericana vista desde perspectivas distintas. Los enfoques narrativos son variados: se pueden encontrar novelas realistas, pero son muy habituales las narraciones en las que se mezclan elementos reales y sucesos fantásticos que difuminan los límites entre la realidad y la ficción.
Las principales características de esta novela son:
  • La ruptura del tiempo y el espacio, que desintegra la estructura narrativa. Se rompe la linealidad temporal por medio de recursos como la inversión temporal, las historias paralelas o intercaladas, los saltos temporales o el caos temporal
  • La variedad en la perspectiva, con la combinación de distintas personas narrativas
  • La diversidad y mezcla de estilos: directo, indirecto libre, monólogo interior
  • La mezcla de lo real y lo mítico
  • La combinación de registros idiomáticos y la creación de términos nuevos (propensión al neologismo, que en un autor como Cortázar llega a convertirse en un idioma que el denomina gíglico en Rayuela)
  • La participación activa del lector
Los autores más representativos son:
  • JULIO CORTÁZAR: En general, tanto en sus cuentos como en sus novelas, hay una búsqueda existencial, un ansia de autenticidad, de libertad y de pureza. Es autor de Rayuela, una de las obras centrales del boom (los capítulos pueden ser leídos de diversas formas; con ello pretende expresar el azar y el caos de nuestra vida y también la relación entre el artista y su obra) Otro título: Historias de cronopios y de famas
  • ERNESTO SÁBATO: Desde una perspectiva existencialista y psicoanalítica, sus novelas son “una indagación en las honduras del espíritu humano, en las fronteras de la locura y la lucidez, en las razones del mal, en la importancia de lo intuitivo y lo irracional, en los enigmas de la existencia”. Ej.: El túnel.
  • GABRIEL GARCÍA MÁRQUEZ: La novela que lo catapultó a la fama fue Cien años de soledad, una de las más representativas del realismo mágico y que resume simbólicamente la evolución sociopolítica del continente. En ella narra la saga de la familia Buendía a través de distintas generaciones hasta su extinción. La historia transcurre en Macondo, ciudad ficticia, símbolo de Colombia y de la América hispana. El deslumbrante lenguaje poético de la narración oscila entre lo épico y lo trágico, lo hiperbólico y lo paródico. El tratamiento circular del tiempo da a entender que todo lo que ha sucedido volverá a suceder de manera fatal. La vida, el amor, las pasiones incestuosas, la frustración, la muerte, la magia, la naturaleza y los conflictos político-sociales son los grandes temas de una novela que guarda un evidente paralelismo con La Biblia.
            Otras obras: El coronel no tiene quien le escriba, Cien años de soledad, Crónica de una  muerte  anunciada, El amor en los tiempos del cólera...
  • MARIO VARGAS LLOSA: Gran admirador de Flaubert- especialmente de Madame Bovary sobre la que ha escrito el ensayo La orgía perpetua - este peruano saltó a la fama con La ciudad y los perros (el mundo cerrado de un colegio militar, exaltación de la violencia y del machismo, presencia del monólogo interior del fluir de la conciencia, multiplicidad de puntos de vista, etc.) Su producción es muy extensa: La fiesta del chivo, Conversación en la catedral, Los cuadernos de Don Rigoberto, travesuras de la niña mala… (Al igual que García Márquez, fue galardonado con el Premio Nobel.
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  • Otros autores son: AUGUSTO ROA BASTOS, cuya narrativa  gira alrededor de la realidad de su país y de las condiciones de vida de su gente (injusticias flagrantes, los aspectos maléficos del poder, el dictador, etc.). Yo el supremo, Hijo de hombre; JUAN CARLOS ONETTI: La vida breve, El astillero; MARIO BENEDETTI: Primavera con una esquina rota; CARLOS FUENTES: La muerte de Artemio Cruz.
  1. ÚLTIMOS NOVELISTAS (1980-2012)
La riqueza y variedad de la narrativa hispanoamericana no se ha detenido en los últimos años. Los autores mencionados y muchos otros son autores con una obra amplia y de gran calidad que, en muchos casos, continúa desarrollándose. Por otro lado, han surgido nuevos autores en todos los países y algunos han alcanzado una gran difusión internacional.  Esta etapa viene marcada por la variedad de tendencias, el abandono de la experimentación con una escritura lineal y transparente.
  • ISABEL ALLENDE: La casa de los espíritus
  • ROBERTO BOLAÑO: Los detectives salvajes
  • LAURA ESQUIVEL: Como agua para chocolate
  • CABRERA INFANTE, ECHENIQUE, MONTERROSO, EDUARDO GALEANO (fallecido recientemente)…