Poesía europea del siglo XX
La herencia del simbolismo francés de la
segunda mitad del XIX fructifica inmediatamente alimentando la gran poesía
europea que abre el nuevo siglo. El paso sucesivo será la gran revolución
vanguardista que consuma la ruptura con la poesía tradicional y abre
insospechados caminos para el futuro.
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El verso libre reemplaza a las formas métricas clásicas, aunque
éstas puedan utilizarse de vez en cuando.
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Se sustituye de la rima por el ritmo interior del poema, es decir,
los efectos musicales alcanzados con la construcción de las frases.
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Se da mayor importancia a los aspectos visuales del poema:
mayúsculas, espacios en blanco, disposición de los versos imitando dibujos.
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El símbolo y la metáfora se convierten en recursos
fundamentales.
El objetivo será lograr un universo poético de belleza y armonía, pero la
poesía se convierte también en un instrumento para conocer el lado oculto y
misterioso del mundo real.
La poesía de principios de siglo
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En Francia los discípulos de Mallarmé desarrollan la poesía pura,
que busca llegar hasta la esencia de las cosas, despojándolas de su apariencia.
El más importante es Paul Valéry (1871-1945), autor El cementerio marino (1922). Da gran
importancia a la exactitud y a la precisión de la palabra. Cultivó una poesía
intelectual, pero también sensible, sensual y de enorme musicalidad, que tendrá
gran influencia en la literatura posterior, por ejemplo, en la generación del
27 .
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En Alemania, destaca Rainer Maria Rilke (1875-1926), autor checo
que escribió toda su obra en alemán. Cercano al misticismo y de gran riqueza
metafórica en su búsqueda de la precisión, se dedicó a la literatura como
liberación de su angustia espiritual y existencial. En una de sus crisis escribió
Elegías de Duino, en la que
reflexiona sobre el sufrimiento del ser humano y su papel en el mundo.
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En lengua inglesa, el irlandés William Butler Yeats, poeta y dramaturgo, Nobel de Literatura en 1923, presenta una poesía muy marcada por el simbolismo. Temáticamente, su obra se centra en el desconcierto del hombre moderno, perplejo ante un mundo fragmentado y sin sentido
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El griego Constantin Cavafis (1863-1933), centra sus refinados
poemas en dos temas: la angustia personal de su condición homosexual y del paso
del tiempo, y la recreación de la Antigüedad. Su producción es escasa (unos
ciento cincuenta poemas) y fue publicada de forma póstuma (Algunos de sus
poemas más conocidos son: Ítaca, Cuando
lleguen los bárbaros, El primer peldaño)
El surrealismo en Francia
El precursor de las vanguardias literarias y artísticas de comienzo del
siglo XX es Guillaume Apollinaire (1880-1918) con sus libertades
formales y sus «ideogramas líricos », que reunirá en Caligramas (1918).
El movimiento más importante será el surrealismo, fusión entre el
dadaísmo de Tzara y el mundo del inconsciente y los sueños de Freud. Su
fundador y principal dirigente fue André Breton (1896-1966), autor del Manifiesto
de 1924.
El nuevo lenguaje poético cultiva la escritura automática y el juego del «cadáver
exquisito», en el que cada palabra del verso es escrita por una persona
distinta, con chocantes resultados.
La conflictiva evolución del grupo, con peleas y rupturas, que acaba con la
polémica de su acercamiento al comunismo, está representada por Louis Aragon
(1897-1982). El tercer gran lírico, Paul Éluard (1895-1952), poeta del
amor que combina romanticismo y vanguardia.
La vanguardia en otros países
Un temprano vanguardista es el italiano Filippo T. Marinetti
(1876-1944), autor del Manifiesto futurista (1909) y defensor de un
estilo onomatopéyico, de la sintaxis libre y anticlásica.
El ruso Vladimir Maiakovski (1893-1930), renovador poeta, cartelista
y dramaturgo, muerto por suicidio, unió compromiso y vanguardia. Fue un activo
propagandista de la revolución soviética y el principal animador del futurismo
en su país.
El portugués Fernando Pessoa (1888-1935) es una de las grandes
figuras del siglo. Obsesionado por el problema de la identidad, creó los
heterónimos, un grupo de poetas ficticios, cada uno con su propio estilo y
personalidad, y todos de extraordinario valor.
El expresionismo alemán se manifiesta en poesía con Georg Trakl.
La poesía desde la Segunda Guerra Mundial hasta la actualidad.
La herencia vanguardista se manifiesta en la
absoluta libertad de formas y en la incorporación de todo tipo de temas al
poema. Además de las literaturas tradicionales, hay que considerar a otras
grandes figuras poéticas de lenguas minoritarias.
Junto a Ezra Pound, y también americano de origen, el renovador de la poesía
inglesa fue Thomas S. Eliot (1888- 1965). Su poesía expresa la
pérdida de valores del hombre moderno, con un lenguaje coloquial y un notable
sentido del ritmo. De la desolación de La tierra baldía (1922) se pasa
al simbolismo espiritual de Cuatro cuartetos (1942).
El mismo ambiente de vacío moral lleva a varios poetas al compromiso con la
República en la Guerra Civil española. En cabeza del «grupo de Oxford» está Wistan
H.Auden (1907-1973), que busca con su poesía culturalista compensar la
desolación espiritual.
La poesía alemana está dominada en el segundo tercio del siglo por
la figura de Bertolt Brecht (1898-1956), también importante dramaturgo.
Con un estilo distanciado y de emoción contenida y un lenguaje rico, pero
accesible expone las preocupaciones existenciales y político-sociales de su
militancia comunista.
Más jóvenes son otros importantes poetas, como Paul Celan
(1920-1970) y la austríaca Ingeborg
Bachmann (1926-1973) que se muestran obsesionados por la impotencia
comunicativa del lenguaje.
En la literatura polaca hubo una
activa vanguardia en los años veinte. El poeta más conocido es Czeslaw
Milosz (1911), premio Nobel en 1980. De su estupor ante el mundo nace una
poesía que se interroga, que evoluciona constantemente y que, al fin y al cabo,
conduce a una reflexión moral imprescindible.
También polaca e igualmente Premio Nobel (1996), Wislawa Szymborska se caracteriza por una poesía centrada en la
condición del ser humano y marcada por un distanciamiento irónico.
En lengua castellana, además de los grandes poetas de la Generación del 27 (Lorca, Salinas,
Aleixandre, Cernuda…), una de las figuras fundamentales de la poesía del siglo XX
es Pablo Neruda (Veinte poemas de amor y una canción
desesperada, Residencia en la tierra, Canto general).
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