domingo, 28 de febrero de 2016

Soneto 116 de Shakespeare ; fragmentos de "Sentido y Sensibilidad"


Este es el soneto que os propuse para comentario el otro día. 
Es uno de los más conocidos de Shakespeare. Su cita en la novela de Jane Austen  Sentido y Sensibilidad (Sense and Sensibility)  y , en especial,  la última  versión cinematográfica de la misma ha contribuido , sin duda, a esta popularidad.
Os dejo, el original en inglés y los fragmentos de la película que lo recogen.


Let me not to the marriage of true minds
Admit impediments: love is not love
Which alters when it alteration finds,
Or bends with the remover to remove.
Oh no! it is an ever-fixed mark
That looks on tempests and is never shaken;
It is the star to every wandering bark,
Whose worth’s unknown although his height be taken.
Love’s not Time’s fool, though rosy lips and cheeks
Within his bending sickle’s compass come;
Love alters not with his brief hours and weeks,
But bears it out even to the edge of doom
If this be error and upon me proved
I never writ, nor no man ever loved.



No permitáis que la unión de unas almas fieles
admita impedimentos. No es amor el amor

que cambia cuando un cambio encuentra

o que se adapta a la distancia al distanciarse.
¡Oh, no!, es un faro imperturbable
que contempla la tormenta sin llegar a estremecerse,
es la estrella para un barco sin rumbo,
de valor desconocido, aun contando su altura.
No es un capricho del tiempo, aunque los rosados labios
y mejillas caigan bajo un golpe de guadaña.
El amor no varía durante breves horas o semanas,
sino que se confirma incluso ante la muerte.
Si es esto erróneo y puede ser probado,
nunca escribí nada, ni ningún hombre amó.






La literatura europea en el siglo XVIII

La literatura europea en el Siglo XVIII:
Neoclasicismo, Siglo de las luces, La Ilustración.

            El siglo XVIII europeo se inicia bajo la influencia de la Ilustración, movimiento intelectual renovador que, desde la perspectiva racionalista, hace una revisión crítica de las ideas y los valores imperantes hasta entonces; de ahí el término “Siglo de las Luces” con el que también es conocido, ya que se intenta acabar con el oscurantismo, con las creencias que no tienen una base racional y con ciertos privilegios políticos y religiosos.
Los ilustrados ven en las reformas sociales el camino hacia el progreso que llevará a la justicia y a la libertad de los pueblos. Su principal centro de creación y difusión fue la Francia de los filósofos (Rousseau, Voltaire) y enciclopedistas (D’Alembert, Diderot), pero sus orígenes hay que buscarlos en el empirismo inglés, en particular en la filosofía de Locke, Berkeley y Hume
           
                 El contexto sociocultural europeo.
A lo largo del siglo XVIII la sociedad sufre una profunda transformación que culmina en la 2ª mitad del siglo con dos hechos históricos transcendentales:
· La independencia de E.E.U.U (1776)
· La revolución Francesa (1789)
Con ellos termina el Antiguo Régimen y se inicia la Edad Contemporánea.
En la mayoría de los países europeos los reyes absolutos se imponen al poder eclesiástico y participan de la influencia del pensamiento ilustrado. La Iglesia, que monopoliza la enseñanza y posee muchas propiedades, se opone a las reformas educativas y económicas; por lo que a lo largo del siglo son constantes los  enfrentamientos entre el poder real y religioso.
En algunos países europeos se produce una fuerte transformación de la sociedad por el crecimiento de la burguesía que, sin los prejuicios de la nobleza, cuestionará e intentará racionalmente su entorno y apoyará las reformas llevadas a cabo por los monarcas absolutos.

En el terreno de las ideas y la cultura, el siglo XVIII se caracteriza por el desarrollo del pensamiento ilustrado. El origen de este movimiento se encuentra en dos corrientes filosóficas del siglo XVII:
· Racionalismo (Descartes) que considera a la razón como base del conocimiento humano y no la tradición y la revelación divina; todo ha de ser sometido a la revisión crítica antes de darlo por válido; abrió el camino para la duda, el cuestionamiento.
·  Empirismo: el conocimiento debe basarse en la observación (deducir hipótesis) y la experimentación (para comprobar las hipótesis).
Ambas corrientes aplican su análisis crítico tanto a la ciencia como a la organización social, ponen en tela de juicio el poder de la Iglesia, ciertos privilegios sociales... En principio el movimiento ilustrado se caracteriza por ser una corriente desvinculada del pensamiento teológico, centrada en la investigación científica y filosófica; pero el análisis crítico terminó alcanzando todos los ámbitos del pensamiento y desembocó en la censura de las instituciones y privilegios.
           
            Las ideas reformadoras triunfaron rápidamente en Francia, y desde allí, se extendieron a toda Europa. Los teóricos más importantes de la Ilustración fueron: Voltaire, Montesquieu y Rousseau.

Rasgos que caracterizan a este movimiento:
o   En el pensamiento: cientifismo: confianza ciega en la razón como medios para avanzar en el conocimiento; se considera que la ciencia es el mejor medio para progresar y mejorar la calidad de vida.
Curiosidad por todo tipo de conocimiento: enciclopedismo: los ilustrados franceses reúnen todos los conocimientos de la época en una obra ambiciosa, la Enciclopedia dirigida por Diderot y D´Alambert y en la que colaboran los más importantes intelectuales de la época. Fue un importante vehículo de difusión de las ideas ilustradas.
o   En política triunfó el reformismo y el despotismo ilustrado considerado el instrumento adecuado para conseguir el progreso, la justicia y el bienestar de los pueblos. La función del monarca absoluto es proporcionar bienestar a sus súbditos, pero sin la participación de estos: “todo para el pueblo, pero sin el pueblo”; harán todo lo que consideren más apropiado para esa masa humana inculta y que no le reconoce validez a sus soluciones: museos, escuelas, academias...  Algunos ilustrados evolucionarán desde ideas reformistas a ideas revolucionarias (libertad, igualdad, democracia). La Revolución Francesa frenará el entusiasmo de los reformadores.
o   En lo social se caracteriza por el desarrollo de las ideas sobre el bienestar social; la preocupación social se manifiesta a través de una perspectiva laica: filantropía o humanitarismo, amor al ser humano.
o   En lo religioso los ilustrados critican el poder de la iglesia y sobre todo los dogmas (creencias que se presentan como indiscutibles); algunos expresan su postura desde la visión cristiana. Otros defienden el deísmo: creer en Dios, pero sin aceptar a rajatabla los principios del cristianismo. Los más radicales evolucionan hacia una visión más materialista y agnóstica: no creer en Dios puesto que su existencia no se puede comprobar racionalmente.
o   En lo cultural se defiende el utilitarismo; la cultura tiene que contribuir a mejorar y modernizar la sociedad. Para ello se propagan las nuevas ideas, se fomentan instituciones culturales: academias, museos...
o   En el arte el siglo está marcado por el Neoclasicismo, que se caracteriza por:
            - Se inspira en el modelo grecolatino; revalorización del Renacimiento y rechazo del Barroco.
            - Sigue las normas clásicas.
            - Finalidad didáctica.
            - Se valora lo razonable y verosímil, se rige por el predominio del buen gusto, rehuye los excesos y contrastes.
            - Predominio de lo racional sobre la imaginación; con lo cual a veces tiene un tono académico y frío.

            La literatura, como es lógico, sigue estas  mismas características: se impone la vuelta a lo clásico,  a la norma, a lo útil y al buen gusto; las obras han de tener un fin didáctico y servir para difundir las ideas del momento. Como consecuencia de estas ideas, se desarrolla una literatura reflexiva y con gran sentido crítico, sobre todo en Francia. Así, por ejemplo, tanto el Cándido de Voltaire como El Emilio de Rousseau se atienen al espíritu de la época y adquieren un indudable carácter doctrinal y filosófico.
En el siglo XVIII, hay que destacar también lo que se conoce como el surgimiento de la novela inglesa. Uno de los géneros más en boga fue el de la literatura de viajes, de puro testimonio, o utilizado como medio para criticar la propia realidad desde otros puntos de vista.
 Uno de estos libros, Robinson Crusoe (1719), de Daniel Defoe (1660-1731), obtuvo un enorme éxito. Relata la vida de un náufrago en una isla desierta, en la cual permanece muchos años hasta que consigue ser rescatado. Durante ese tiempo tiene que enfrentarse con el medio y gracias a su esfuerzo e ingenio consigue adaptarse a las nuevas circunstancias, primero en completa soledad, después con la compañía del nativo Viernes. Robinson personifica al hombre moderno: enérgico, independiente, capaz de doblegar la naturaleza. Aunque hoy se lee como libro juvenil, no deja de ser una epopeya del esfuerzo racional del hombre por vencer a la naturaleza.
Otra famosa obra de su autor es Moll Flanders (1722), novela de tono picaresco en la que  Defoe narra la vida de la protagonista, desde su nacimiento, en lo más bajo de la escala social (queda abandonada en Inglaterra cuando su madre es deportada), hasta que con su astucia y esfuerzo consigue ascender. 
Otro autor destacado es el irlandés Jonathan Swift : sus Viajes de Gulliver  son a la vez una parodia de la literatura de viajes y una dura crítica, desde un punto de vista ilustrado, de la sociedad humana. Curiosamente, suele leerse como libro infantil, eliminando las dos últimas partes, las más terribles. En la primera parte de la obra, el médico Gulliver, aficionado a los viajes, naufraga y llega a nado a la isla de Liliput, donde es hecho prisionero por unos diminutos hombrecillos. Más tarde, el protagonista viaja al país de gigantes, donde cae en poder de un labrador que, tras mostrarlo por diversos lugares, lo vende a la corte como si fuera un divertido enano. En la tercera parte, viajará a varios lugares criticando a eruditos y académicos. En la parte final, el protagonista llega a un país en el que habitan unos caballos nobles, cultos y filósofos que tienen un juicio muy negativo de los seres humanos. Finalmente, Gulliver logra regresar a Inglaterra.   La aventuras del protagonista por estos países imaginarios sirven para hacer una amarga sátira de nuestro mundo (el progreso, la civilización, la ciencia, la política ...) y para dar una visión pesimista y escéptica de la condición humana. 
Dentro de la narrativa francesa destacan:
El abate Prévost, con  Manon Lescaut, novela donde se relatan los desgraciados amores entre el caballero Des Grieux y la cortesana Manon. 
Bernandin de Saint Pierre, con  Pablo y Virginia : historia de amor de dos jóvenes en una isla del Pacífico, lo que le sirve al autor para poner en evidencia que la felicidad consiste en vivir conforme a la naturaleza y virtud.
Chordelos deLaclos con su novela epistolar Las amistades peligrosas, en la que se narra la conspiración del libertino vizconde de Valmont y su antigua amante para acabar con la virtud de la decente madame Tourvel y seducir a la joven Cécile.


Por último, cabe señalar la influencia que en la narrativa del siglo XVIII - sobre todo en la inglesa -, tuvo la obra de Cervantes, en especial en aspectos tales como la individualidad de los personajes, la parodia de los géneros o el humor irónico.